Para que el Estado no se reduzca a “una banda de ladrones”: declaración de Argüello para regularizar a inmigrantes

El presidente de los obispos españoles apuesta porque se reconozca a la Iglesia como un interlocutor hábil en la construcción de la ética social

Mons. Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española.
Mons. Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española.
  1. Estar presente en la vida pública
  2. “Una banda de ladrones”
  3. Cuatro cuestiones
  4. Cuestionar el capitalismo moralista
  5. Sostener el sistema de pensiones
Mons. Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española.
Mons. Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española.

El nuevo presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis Argüello, acaba de hacer pública, ayer domingo día de la Misericordia, una declaración argumental en favor de la toma en consideración de la Iniciativa Legislatura Popular (ILP) de regularización de inmigrantes irregulares en España, que se debatirá mañana martes 9 en el Congreso de los Diputados.

Estar presente en la vida pública

Monseñor Argüello es consciente de la necesidad de estar presente en el escenario público con una sólida argumentación más allá de un post en la red social X.

Condición para que se reconozca a la Iglesia como un interlocutor hábil en la necesaria construcción de una ética social. También para que se perciba la íntima conexión entre las dimensiones antropológicas y sociales de la propuesta de la Iglesia, referidas ambas a la concepción integral de la vida personal y social, en orden a la construcción del bien común.

“Una banda de ladrones”

Son cuatro las cuestiones que el arzobispo de Valladolid considera que hay que tener en cuenta a propósito de una iniciativa que ha recabado el mayor apoyo de cuántas se han tramitado en la democracia, según sus promotores. Entre los que están Cáritas y las más importantes realidades de la Iglesia dedicadas a la pastoral social.

Esta ILP, según el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal, plantea “una cuestión ética basada en la dignidad sagrada de toda vida humana, imprescindible para que el Estado no se reduzca a una “banda de ladrones”.

Utiliza aquí una expresión querida por Benedicto XVI en sus intervenciones sobre las relaciones entre moral y Estado democrático.

Esta propuesta beneficiaría a “casi 500.000 personas que ya viven- malviven entre nosotros- trabajan, y participan de nuestra sociedad”.

Cuatro cuestiones

Es necesario, según el arzobispo de Valladolid, abordar la cuestión migratoria como signo del mundo global en su conjunto desde los siguientes aspectos.

Por un lado, las causas “económicas y políticas de las migraciones al servicio de un modelo”.

 

Además, hay que tener en cuenta que “las mafias que deben ser denunciadas combatidas y, desde ahí, cuestionar la involuntaria colaboración con sus objetivos criminales de muchas de las organizaciones “compasivas”, también las de la “Iglesia”.

La acogida en nuestros países para acompañar, promover e integrar, debe hacerse, “desde la necesaria regulación de los flujos” apunta el arzobispo de Valladolid. Lo que significa que “una sociedad no puede acoger, acompañar, promover e integrar a todos los que llegan; sí debe promover una respuesta internacional para todos”.

Si hay una cuestión coincidente con la de las migraciones es la cuestión demográfica. “Europa –apunta monseñor Argüello, rechaza a inmigrantes y aprueba el aborto como derecho humano. Ambas decisiones suponen un desprecio de la dignidad humana. Nuestro invierno demográfico es cultivado y los migrantes son reclamados y rechazados”.

Cuestionar el capitalismo moralista

Debemos, por tanto “cuestionar las corrientes culturales y políticas que dominan en el globalismo actual que utiliza los flujos migratorios y las políticas de salud reproductiva al servicio de un capitalismo moralista y uniformador que juega con los reemplazos poblacionales como forma salvaje de biopolítica”, señala el presidente de la Conferencia Episcopal.

Por último, monseñor Luis Argüello apunta que “es hora de superar una polarización provocada por intereses politiqueros y abordar conjuntamente cuestiones nucleares para el bien común desde la escucha de todos, el dialogo y e pacto que asegure el respeto a la dignidad humana y el acercamiento al bien común nacional y global”.      

Sostener el sistema de pensiones

Para confirmar algunas de las propuestas de monseñor Luis Argüello hay que tener en cuenta que un estudio reciente elaborado por Allianz Research, recuerda que España perderá hasta un 30% de su fuerza laboral en 2050 en ausencia de migraciones.

Estima en 338.000 el número de llegadas netas anuales necesario para sostener nuestro sistema de pensiones, casi el doble de los sugeridos por el informe España 2050 hace solo tres años.

Una de cada tres personas extranjeras está en riesgo de exclusión social severa, una proporción tres veces más alta que la de los nacionales. La tasa de riesgo de pobreza en los hogares de migrantes con menores a cargo es del 60%; para los hogares españoles, esta tasa es del 20%, según los datos ofrecidos por los responsables de esta ILP.

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