El domingo, 15 de octubre

Canonización del escolapio español Faustino Míguez: se le atribuye la curación milagrosa del infante Alfonso de Borbón

Es el fundador del Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora. Se trata del santo número 884 del Pontificado de Francisco

Carta que hace referencia a la curazión de Alfonso XIII.
Carta que hace referencia a la curazión de Alfonso XIII.

El próximo domingo 15 de octubre, el Papa Francisco canonizará al escolapio español Faustino Míguez de la Encarnación. Este sacerdote gallego fundó en 1885 el Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora, formado por 238 religiosas, dedicado a la evangelización a través de la educación y de la promoción de la mujer, presente hoy en cuatro continentes.

San Faustino Míguez será inscrito en el Libro de los Santos de la Iglesia como el número 884 de los proclamados durante el Pontificado del Papa Francisco.

En 1869, cuando es destinado en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) descubre que las niñas tienen vetado el acceso a la educación. Y es cuando el Instituto Calasancio para la educación integral de la infancia y la juventud y la promoción de la mujer. Fue beatificado el 25 de octubre de 1998 por Juan Pablo II.

Las calasancias cuentan con unos 18.000 alumnos en 31 colegios, además de otras ocho obras entre residencias, casas de formación y casas hogar. Cuentan con más de 1.400 laicos comprometidos con esta misión.

Curiosidades que definen al santo

En 1873, Faustino Míguez fue destinado al Real Monasterio de El Escorial, que entonces estaba encomendado a los padres escolapios. Su afán investigador y capacidad de trabajo hace que le nombren responsable de la imponente biblioteca.

Se le atribuye la curación del infante Alfonso de Borbón, futuro Alfonso XIII, cuando en 1889 enfermó de una neumonía gripal. Aunque en su momento se habló de una milagrosa curación, detrás se encontraba el buen hacer como científico del padre Míguez.

El cuerpo del Padre Faustino Míguez se venera en el santuario que lleva su nombre en Getafe. Al morir en 1925, fue enterrado en el cementerio municipal de la localidad. Veinticinco años después, al ser trasladado el cuerpo a la capilla del colegio, se descubre que permanece incorrupto.

El nuevo santo cuenta con su propio museo en Getafe en el que se exhiben los fondos documentales de su vida y de la congregación por él fundada: fotografías, libros, objetos personales.

“Los milagros existen”  

El milagro atribuido a la intercesión del padre Faustino necesario para abrir la causa de canonización, ocurrió a favor de Verónica Stoberg, madre de familia y catequista del Colegio Divina Pastora en La Florida (Chile). Embarazada de su cuarto hijo, el 10 de septiembre de 2003 comenzó a encontrarse mal. Ingresa en el hospital con preclampsia –tensión alta- lo que hizo que le explotara el hígado. A través de una cesárea, salvaron al niño –Sebastián-, pero ella se desangra y empeora.

La declaran en muerte cerebral, estado de coma grado 3 en la escala de Glasgow. Se inicia una cadena de oración en el colegio. Unas 200 personas donan sangre para Verónica, que no retiene las transfusiones. En la mañana del 13 de septiembre, los médicos avisan a Pedro Núñez, el esposo de Verónica, para que se despida de su mujer. Pedro acude a la capilla del colegio con los niños para rezar antes de acudir al hospital por intercesión del padre Faustino. “Pelaíto, dale una manito a Verónica”, llega a implorar el esposo al santo.

 

La religiosa Patricia Olivares pone las reliquias del padre Faustino sobre Verónica. Esa misma tarde, se da un vuelco inexplicable en los análisis de Verónica: las plaquetas suben y el hígado deja de sangrar. La mujer se recupera y hoy no tiene ninguna secuela.

“Los milagros existen, están ahí, pero no nos damos cuenta. Que salga el sol o podamos respirar, es un milagro constante. De repente tiene que ocurrir algo extraordinario como a mí para que alguien diga: Dios existe”, asegura Verónica.

Otras canonizaciones

Durante la ceremonia también se canonizará a: o los protomártires de Brasil: los sacerdotes Andrea Soveral y Ambrogio Francesco Ferro, el laico Mateus Moreira y otros 27 compañeros. o Cristóbal, Antonio y Juan, “Niños Mártires de Tlaxcala" asesinados por odio a la fe en México entre 1527 y 1529. o Angelo Acri, sacerdote de la Orden de los Frailes menores capuchinos.



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