Roma acoge una conferencia internacional por la abolición de la maternidad subrogada

La Santa Sede participa en este evento junto con parlamentarios de izquierdas, centro y derechas para detener un negocio que alcanza los 14.000 millones de euros en todo el mundo

Olivia Maurel y su marido Matthias rodean al Papa junto con otros activistas a favor de la prohibición de la gestación subrogada.
Roma acoge una conferencia internacional por la abolición de la maternidad subrogada.
  1. Viola la dignidad humana
  2. Apoyo del Papa
  3. Olivia Maurel, hija de una madre sustituta
  4. Tratado de abolición 
Olivia Maurel y su marido Matthias rodean al Papa junto con otros activistas a favor de la prohibición de la gestación subrogada.
Olivia Maurel y su marido Matthias rodean al Papa junto con otros activistas a favor de la prohibición de la gestación subrogada.

Expertos de 75 nacionalidades, juristas, médicos, psicólogos y filósofos y también la Santa Sede se reúnen ayer y hoy en la Universidad Lumsa de Roma en una Conferencia internacional para pedir la abolición de la maternidad subrogada.

Esta Conferencia se celebra como continuación de la "Declaración de Casablanca" firmada el 3 de marzo de 2023, por un centenar de expertos en la capital de Marruecos en la que pidieron la instauración de un tratado que suprima la maternidad subrogada.

Viola la dignidad humana

Convencidos de que "el contrato por el que uno o varios patrocinadores acuerdan con una mujer que ésta geste uno o varios hijos con el fin de entregárselos al nacer, sea cual sea su nombre y sus procedimientos", viola la dignidad humana, los participantes pidieron a los gobiernos que condenen la gestación subrogada "en todas sus formas y procedimientos, remunerados o no, y que adopten medidas para luchar contra esta práctica".

El objetivo de la conferencia es señalar los límites éticos de la maternidad subrogada y, según sus promotores, concienciar sobre un negocio en plena expansión. Según Olivia Maurel, portavoz de la Declaración de Casablanca, el mercado de la maternidad subrogada representó 14.000 millones de euros en todo el mundo en 2022 y, según las previsiones, podría alcanzar los 130.000 millones en 2032.

"Expertos de más de 80 países han firmado ya esta declaración y trabajan para que se adopte diplomáticamente un tratado internacional interdisciplinario" , subraya Bernard Garcia-Larrain, doctor en Derecho franco-chileno y coordinador de la red, informa Vatican News. 

Apoyo del Papa

Esta lucha contra la gestación subrogada encontró una respuesta favorable por parte del propio Papa, que mantuvo una audiencia privada con varios miembros de la red en la mañana del jueves 4 de abril.

Francisco, que en su discurso a los embajadores del 8 de enero deploró públicamente que "la práctica de la maternidad subrogada viola gravemente la dignidad de las mujeres y de los niños", y habló  del mercado que representa la maternidad subrogada.

Olivia Maurel, hija de una madre sustituta

"Me pareció que estaba muy bien informado científicamente", explica Olivia Maurel, hija de una madre sustituta. La joven, como atea, no quería encontrarse con el Papa como figura religiosa sino como voz moral y jefe de Estado. Subrayó que Francisco habló de la transferencia de células madre que transmite la madre al bebé que gestó y que luego le fue arrebatado.

Maruel se presenta de esta manera en su perfil de X: "¡Nací de la subrogación y ahora estoy luchando para abolir la subrogación! Portavoz de la Declaración de Casablanca". 

 

Tras reunirse con el Papa dijo que la maternidad subrogada es un mercado global para mujeres y niños. "Esto es lo que recuerdo de esta reunión. Al presentarme con toda sencillez como feminista y atea, el Papa Francisco, a quien conocí como Jefe de Estado, mostró mucha empatía. Gracias a él". 

Tratado de abolición 

Además de la audiencia papal, los miembros de la Declaración de Casablanca mantuvieron una larga reunión con el cardenal Pietro Parolin. El Secretario de Estado les recordó hasta qué punto la Santa Sede trabaja para que algún día se elabore un tratado de abolición de la gestación subrogada, con el mismo espíritu que el que prohíbe, por ejemplo, la proliferación nuclear.

"Ya hemos sido invitados por la Santa Sede a las Naciones Unidas, hace ahora tres semanas, en el marco de la comisión sobre la dignidad de la mujer", confía Bernard García-Larrain. Pero "no es una voz religiosa la que hemos venido a buscar", prosigue, "como todas las grandes batallas de la humanidad, trasciende confesiones y culturas, y el Papa Francisco habla mucho de la cultura del diálogo. Estamos contentos de haber iniciado este proceso, aunque llevará tiempo".

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