José Fernández, autor de ‘El matrimonio, la gran invención divina’: “La vida en pareja debe ser yo soy nosotros”

1. Reflexión sobre la belleza de la unión conyugal 
2. Celibato y matrimonio 
3. Antropología del matrimonio 
4. Renovar el matrimonio en cada Eucaristía 
5. El respeto es volver a admirar 
6. El simbolismo en la ceremonia de la boda 

A partir de una antropología de la sexualidad, José Fernández Castiella propone el sentido vocacional de la vida en pareja como unidad plural: «Yo soy nosotros». Como “El beso” de Hayez (imagen de la portada) que es un hermoso símbolo de la unidad de Italia, la belleza de los gestos sexuales radica en que son esplendor narrativo de la unión de dos biografías. La consideración de su condición sacramental y de la Historia de la Salvación como Alianza lleva a la conclusión de que el matrimonio es la gran invención divina. La unión de los esposos tiene en la Eucaristía su paradigma porque la Eucaristía es un sacramento esponsal.

Reflexión sobre la belleza de la unión conyugal 

"El matrimonio, la gran invención divina. Teología para una espiritualidad conyugal" (Ediciones Cristiandad), es una nueva publicación sobre el matrimonio que, lejos de dar consejos prácticos o proponer soluciones a las dificultades de la vida en pareja, ofrece una reflexión sobre la belleza de la unión conyugal.

"No se trata de un libro con consejos para el matrimonio, sino ideas para que cada uno haga su camino al andar. He escrito el libro porque quería compartir toda la belleza que he descubierto estudiando el matrimonio”, ha señalado el sacerdote, Doctor en Teología Moral y  profesor de Antropología Filosófica en la presentación del libro en la Universidad Villanueva (se puede ver en este enlace). 

Por eso, el sacerdote repite que es un libro que tiene citas de la Sagrada Escritura, pero no tiene ejemplos, porque no se trata de “una cerveza a la semana y una escapada al mes” sino vivir mi vida que es única e irrepetible contigo.

Celibato y matrimonio 

¿Qué puede aportar un sacerdote que vive en celibato al matrimonio?  “En mi libro no estoy hablando de la experiencia del matrimonio, sino de lo que he estudiado en la Sagrada Escritura y creo que el matrimonio tiene que ver con la identidad personal. Dedicarme a la antropología es lo que me lleva a preguntarme por el matrimonio, y mi propia vocación célibe la entiendo desde el matrimonio. Para comprender el celibato, hay que comprender el matrimonio. Doy razones de orden sobrenatural que encajan bien con una antropología filosófica a la pregunta de quién soy yo. Al final de nuestra vida tenemos que decir yo soy nosotros”, apunta. 

Antropología del matrimonio 

Desde una perspectiva narrativa de la identidad, el texto aporta, por una parte, una antropología del matrimonio que culmina con el sentido de los gestos sexuales y la conclusión de que la plenitud se alcanza cuando el sujeto sintetiza su biografía como un “yo soy nosotros”.

Por otra, una arqueología de la concepción cristiana de la conyugalidad a partir de la Alianza de Dios con los hombres, cuyo culmen se alcanza en la institución de la eucaristía. La elevación a la categoría de sacramento hace del matrimonio un templo: verdadero lugar de encuentro con Dios por el mero hecho de actualizar la promesa del día de la boda mediante la fidelidad cotidiana.

Renovar el matrimonio en cada Eucaristía 

En la presentación del libro, al autor le acompañaron una pareja de novios y otra de recién casados. El libro les ayudó a comprender, durante la boda, lo qué significaba cada acto, cada gesto, desde el vestido blanco hasta las flores. Además, han tomado conciencia de que en cada Eucaristía rememoras el consentimiento que das en el matrimonio. "Hacer presente tu matrimonio y renovarlo en cada eucaristía es muy bonito”, manifestaron los jóvenes. 

José Fernández también explicó lo que significa la promesa que das en el matrimonio: amarte y respetarte todos los días de mi vida.

“El sacramento del matrimonio es algo que se puede hablar con creyentes y no creyentes. Es preguntarnos quién soy yo, es tomar conciencia de tu propia biografía. Cualquier pareja de novios, vengan de donde vengan, con el sacramento se dirigen a una plenitud que es el nosotros. Es la ilusión de estar capacitado para hacer una promesa, y en el momento que uno asume esa promesa, tienes a Dios a su lado con su alianza", relató Fernández Castiella. 

El respeto es volver a admirar 

Y sobre el respeto, el autor matizó que respetar no es solo tratar a una persona sin violencia sino que significa, en su etimología en latín, volver a mirar. "Al prometer respetarte toda la vida, te comprometes a volver a mirar a tu mujer, a tu marido, a que le vas a seguir admirando, que cada día te voy a mirar y voy a volver a asombrarme de que tu estás presente en mi vida. Ese asombro lleva a la libertad y a la fidelidad. Tengo que admirar todos los días a la persona con la que ayer me enfadé y el acto de libertad consiste en re enfocar la vida de esta manera". 

El simbolismo en la ceremonia de la boda 

Sin perder la profundidad y la referencia de la belleza como criterio para el matrimonio, el autor aborda en la segunda mitad del libro algunos aspectos concretos como el simbolismo de los elementos que concurren en la ceremonia de la boda -vestido, flores, música, anillos, arras, etc.-, los hijos, la fidelidad, el sufrimiento y el perdón. El penúltimo capítulo es una sugerente asociación de matrimonio, celibato y eucaristía y termina con un epílogo sintético que recupera la perspectiva global del libro.

Tal como el autor promete en la presentación del libro, se trata de un texto que ofrece elementos para una espiritualidad de pareja, en la que los cónyuges están invitados a aspirar a lo más alto y hacer (su propio) camino al andar.