Un radar católico sobre lo católico

Catholic Radar.
Catholic Radar.

Vivimos tiempos apasionantes en la Iglesia y en el mundo. Quizá todos los tiempos sean apasionantes para los que habitan en ellos. Ya saben aquello que dice lo que llaman una maldición china, “Que Dios te haga vivir tiempos apasionantes”.

En esta situación, la información sobre el pontificado, la vida de la Iglesia, lo que pasa con el catolicismo y con los católicos en el mundo, no sólo es relevante por el hecho de que nos ofrece un mapa de la realidad mediada, sino porque también lleva una carga prescriptiva. 

En un mundo hiperconectado, el manejo de los idiomas es un problema cada vez menos problema con los traductores simultáneos de los sistemas de búsqueda. Nos ayudan a trascender las noticias nacionales y dedicar tiempo a lo que se publica sobre la Iglesia en el mundo.

Tengo que confesar un pecado periodístico, esperemos que venial. En no pocas ocasiones no somos tan originales quienes nos dedicamos a esto como puede parecer, si es que lo parece.

Cualquiera de nosotros tuvo en su día directores que ocupaban gran parte de su tiempo en leer lo que decía la prensa internacional, aunque fuera con varios días de retraso. Es mi imagen de Miguel Ángel Velasco cortando páginas y subrayando textos.

Una labor que hacía que determinadas noticias y enfoques tuvieran el riesgo del corta-pega, sobre todo en lo que se refiere a la influencias de los llamados vaticanistas en la información sobre el pontificado.

Hasta hace unos mes existía Il Sismografo, una página web, elaborada por Luis Badilla y Roberto Calabresi, que volcaba 50 noticias diarias de Iglesia procedentes de medios de todo el mundo.

Badilla es un clásico de la Radio Vaticana, con toda la experiencia del mundo a sus espaldas. Vamos, que se las sabe todas también de los papas y del Vaticano.

Esa página desapareció, desgraciadamente. Ahora la idea ha sido recogida con guante blanco por el inquieto profesor Javier García Herrería, que ha conformado un equipo de voluntarios que se han lanzado a resucitar un remedo de Il Sismografo.

 

Acaba de salir a la calle con el nombre de “Catholic Radar”, una web que ofrece noticias de medios internacionales, preferentemente.

Ojalá que esta iniciativa, de open access, acceso abierto, permita elevar el nivel de nuestra información sobre la vida de la Iglesia y así aprendamos a generar exigencias en los que nos dedicamos a este servicio.

La información es conocimiento y el conocimiento es condición de sentido.

También puede servir para elevar el nivel patrio en este tiempo de informaciones, un nivel que tiende a bajar enteros.

Ya no estamos en la época de los medios de masa, sino en la de la masa de los medios. No sé si en la Iglesia, a la hora rediseñar las estrategias de la comunicación corporativa, somos conscientes de esta dinámica y seguimos pensando en modelos de hacer llegar la información a los medios y a los mediadores pasados de tiempo.

Los marcos mediáticos han cambio, los modelos y lenguajes también. La generalización de webs especializadas, la eclosión de las redes sociales ha hecho que la información sobre la Iglesia haya mudado y mutado. Se ha ido de los medios generalistas de masas a los medios digitales, que se convierten a su vez en prescriptores de los denominados “Legacy media”, de los medios tradicionales.

Cuando un medio de comunicación generalista quiere ofrecer información sobre la Iglesia suele recurrir a lo que se publica en los especializados digitales. Incluso se invita a los periodistas de las webs especializadas a que profundicen e interpreten los contenidos.

Tengo que confesar que es tanta la información, tanta la sobrecarga de información, que esta acumulación se puede convertir en un problema, y no sólo de tiempo.

Saber lo que pasa en el mundo no es sólo un entretenimiento para personas que tienen mucho tiempo libre.   

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