Lo que de verdad pasa en Alemania

Monseñor Georg Bätzing e Irme Stetter-Karp.
Monseñor Georg Bätzing e Irme Stetter-Karp.

Alemania sigue centrando la atención informativa. Una historia de la que tendremos que hablar más. Convendría, a la hora de analizar lo que está ocurriendo, que tengamos en cuenta estos dos horizontes de texto y de datos. Y también que sacáramos las oportunas consecuencias.

El Camino sinodal se inauguró oficialmente el 1 de diciembre de 2019. La primera reunión se celebró en Frankfurt a finales de enero de 2020. La segunda asamblea sinodal tuvo lugar los días 4 y 5 de febrero de 2021. La tercera fue del 3 al 5 de febrero de 2022. En la cuarta asamblea, del 8 al 10 de septiembre de 2022, el 82 por ciento del total de votos aprobó el documento básico de la sexualidad, pero no alcanzó la mayoría necesaria de los tercios de obispos. Esto llevó al fracaso de la Asamblea y quizá del Camino Sinodal.

Aceptaron el cambio en la moral de la Iglesia el 61 por ciento de los obispos. Después se añadió el fracaso del documento sobre mujeres y los ministerios.

La quinta y última asamblea tendrá lugar en Frankfurt del 9 al 11 de marzo de 2023, después de la Asamblea plenaria continental del Sínodo de los obispos en Praga, en febrero de este año, y de la Asamblea Plenaria de los alemanes de inicios de marzo.

Después de lo que ha ocurrido en estos días pasados, con la carta de Parolin y sus escuderos, y las declaraciones del Papa, ya no será lo mismo.

El declive de la Iglesia en Alemania cuestiona la lógica del Camino Sinodal. Según las últimas informaciones de la Conferencia Episcopal Alemana (DBK), recogidas en estos días por algunos medios de ese país, 2021 fue un año récord para Alemania. ¿En qué?

Por primera vez, menos de la mitad del país pertenecía a una Iglesia. Tanto la Iglesia católica, como la protestante, perdieron cientos de miles de fieles. Hace 15 años, el 61% de los alemanes confesaban que pertenecían oficialmente o a la Iglesia protestante o a la Iglesia Católica. Hoy están alrededor del 49,7%.

Según las últimas estadísticas de la Conferencia Episcopal Alemana (DBK), al menos 359.000 católicos abandonaron la Iglesia en 2021, un gran salto respecto a los 221.390 que se fueron en 2020.

En  Baviera, 14.035 personas abandonaron la Iglesia de enero a junio de ese año solo en Munich, casi el doble del número para el mismo período de tiempo en 2019.

 

Unos 228.000 protestantes dejaron su Iglesia en 2021 en las 20 denominaciones diferentes registradas en Alemania. En 2020, ese número fue de 60.000.

Solo el 4.3% de los católicos dijeron que van a la Iglesia la mayoría de los domingos.

El Papa Francisco dijo no hace mucho que ya había una Iglesia Evangélica en Alemania, que no se necesitaba otra.

La Iglesia católica en Alemania lleva más de cuatro años empeñada en coincidir en cuestiones doctrinales, pastorales y de praxis con la Iglesia protestante. Convergencia de coincidencias. Mientras los alemanes de a pie se van de una y de otra. 

¿No sería más adecuado salirse de esa dinámica, dejar la auto-referencialidad, y comenzar una misión de primer anuncio en toda regla?

Dice el presidente de los obispos alemanes, Georg Bätzing (obispo de Limburg), en una entrevista en “Omnes” que “me gusta ser católico y seguiré siéndolo”.

Pues algo falla. 

Comentarios