Barcelona cierra otra puerta a la prostitución
El PP y el Gobierno municipal de CiU han culminado el acuerdo para prohibir la prostitución callejera en Barcelona, está pendiente de superar el penúltimo trámite en la Comisión de Presidencia y Régimen Interior antes de entrar en vigor previsiblemente en agosto. Para las prostitutas, la sanción será de 100 a 300 euros; para los clientes, de 1.000 a 1.200. Sin embargo, el cambio primordial en la ordenanza es la eliminación del aviso previo de la Guardia Urbana, y que sólo si es desatendido deriva en multa. Además, como novedad se pretende incorporar la expresión 'clientes potenciales' en el redactado, y asegurar así que la Urbana pueda actuar ante alguien que busque servicios sexuales. Para las prostitutas, la sanción será de 100 a 300 euros por ofrecer o aceptar prestar servicios sexuales retribuidos en la calle, y de 300,01 a 750 si se hace a menos de 200 metros de una escuela; para los clientes que pidan o negocien, y cualquier conducta que promueva la prostitución callejera --pedido por el PSC en las alegaciones--, la multa será de 1.000 a 1.200 euros, y de 1.200,01 a 1.500 si a menos de 200 metros de una escuela; si se mantienen relaciones sexuales retribuidas en la calle, será de 1.500,01 a 3.000.
Esta vez Barcelona es un ejemplo a imitar. Es necesario ir recortando terreno a los enemigos de la libertad, aquellos que se creen dueños de la dignidad humana y con derecho a rebajarla. Practicar la prostitución es malo por naturaleza pero hacerlo a la vista de todo el mundo, de los niños sobre todo, envenena la sociedad y la ensucia. De tal manera que mientras el hombre se da cuenta del error tan grave que supone poner precio a su cuerpo, venderse, y la sociedad se empeña en elaborar mas medidas para erradicar de una vez este vicio tan nocivo, normativas como las que próximamente se aplicarán en Barcelona ayudan a poner un peldaño más en la escalera hacia los derechos humanos y la dignidad del trabajo. Así avanzamos poco a poco hacia una sociedad más santa, más sociedad, menos suciedad. Paz y oración.
Zenón de Elea
