“Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres”, afirma el Papa Francisco ante los periodistas

"Vuestro trabajo requiere una atención particular a la verdad", recuerda a los medios

Ante un Aula Pablo VI abarrotada que irrumpió en aplausos a la llegada de Su Santidad Francisco, los periodistas que han cubierto estos días en Roma la noticia de su elección han tenido la oportunidad de escuchar las líneas de trabajo que seguro marcarán el pontificado que acaba de arrancar.

Quizá el mensaje más claro que ha dado en su alocución ha nacido de la explicación de la elección de su nombre. A pesar de que ya el cardenal español Luis Martínez Sistach había aclarado que lo eligió por San Francisco de Asís, aún había algunas dudas que él mismo ha solventado al explicar que "en seguida he pensado en el nombre de Francisco, que es el hombre de la pobreza y de la paz. Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres".

El cardenal Bergoglio era conocido por su cercanía a los pobres. Por eso, no es de extrañar que cuando el recuento de papeletas en la Capilla Sixtina apuntaba a su elección y un cardenal brasileño, sentado a su lado, le pidiese que se acordase de los pobres en su pontificado, Bergoglio recordase a San Francisco de Asís. Con su marcado sentido del humor, contó a los periodistas alguna anécdota sobre la elección del nombre. Hay quien le propuso el de Clemente XV porque el anterior Celmente disolvió la compañía de Jesús.

Llegó entre un cerrado aplauso de los más de 6.000 periodistas congregados en el encuentro que el Papa Francisco había querido mantener con los que han llevado estos días la voz de la Iglesia a todo el mundo. Les agradeció el enorme esfuerzo que habían realizado. Pero también les previno: "La Iglesia, aunque es una institución humana, no tiene naturaleza política, sino esencialmente espiritual, así que puede ser difícil contar su historia y sus vicisitudes". Y se mostró plenamente consciente de las dificultades del periodismo: "Vuestro trabajo requiere sensibilidad y experiencia y una atención particular a la verdad".

Para aclarar algunos términos a quienes leen la Iglesia en términos políticos, empezó por recordar que no es el Papa el centro de la Iglesia, sino el mismo Cristo -"Cristo es el centro, la referenca fundamental de la Iglesia"- y que tras las decisiones de los últimos meses –en referencia soterrada a la renuncia de su predecesor- está el Espíritu Santo. Con estas palabras dejaba el Santo Padre de lado cualquier idea de presión político o de cualquier otro tipo.

Un bonito gesto para terminar. Le han regalado un mate y una bombilla para tomar la hierba, infusión a la que, como buen argentino, es gran aficionado. Y una última frase para mostrar la catolicidad de la Iglesia: "Sé que muchos de ustedes no son creyentes o son de otra religión, pero sé que todos son hijos de Dios". Y después los bendijo a todos.

 

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