El cardenal Kasper previno al papa antes del consistorio

La respuesta de Francisco a la advertencia de Kasper sobre el ‘complicado’ debate de los divorciados: “Está bien. No queremos una Iglesia que duerme”

El cardenal alemán, presidente emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos advirtió a Francisco que tras su exposición introductoria en el Consistorio de la Familia de Febrero habría debate. Francisco respondió: “Está bien. Queremos debate. No queremos una Iglesia que duerme, queremos una Iglesia vivaz”.

El papa Francisco frente a una pareja de novios.
El papa Francisco frente a una pareja de novios

El cardenal alemán Walter Kasper publicó su libro El Evangelio de la familia, que incluye el texto íntegro de la relación introductoria que pronunció en el consistorio extraordinario de la familia que tuvo lugar en el Vaticano los días 20 y 21 de febrero último.

En una entrevista que concedió a Radio Vaticana, el cardenal reconoció que la relación que presentó al comienzo del Consitorio estaba previsto que fuera de contenido privado, pero días después fue publicada por el diario italiano Il Foglio y esto avivó el debate público y mediático en torno a las materias tratadas y afrontadas. Al respecto, el purpurado explicó que “es necesario tener un debate, y en realidad lo esperaba y le había dicho también al Papa: ‘al comienzo habrá un debate’. Y el Papa dijo: ‘Está bien. Queremos debate. No queremos una Iglesia que duerme, queremos una Iglesia vivaz’”.

El cardenal Kasper explicó que “no era un documento secreto: un texto que está en manos de 150 personas no puede ser secreto, sería muy irreal y utópico”. Por ello el cardenal pensó en publicar el texto y le dijeron que era libre para hacerlo. Pero, “lo que hizo un periódico italiano, publicar sin autorización, está contra la ley”. En su opinión, “de esta forma sabotearon la voluntad del Papa. Ellos quieren cerrar la discusión, mientras que el Papa quiere una discusión abierta en el Sínodo. Después, el resultado dependerá del Sínodo y del Papa. Finalmente afirma que “yo hice una propuesta, como el Papa me pidió que hiciera, y veremos cómo procederá la discusión, en los próximos dos años”.

El Evangelio de la familia quiere decir que Dios quiere bien a la familia y que la familia está fundada por Dios desde el inicio de la Creación: es la institución más antigua de la humanidad”. Por ello recordó que “Jesucristo hizo su primer milagro durante las bodas de Caná: él apreció la familia y la elevó a Sacramento, y esto quiere decir que el amor entre el hombre y la mujer está integrado en el amor de Dios. Por esto es un sacramento”.

Asimismo, señaló que hoy debemos reforzar esta realidad “en un periodo en el que hay una crisis de la familia en las actuales condiciones de crisis económica y de las condiciones de trabajo, y debemos dar nuestra ayuda porque la gran mayoría de los jóvenes quiere una familia, quiere una relación estable, para toda la vida. La felicidad de los hombres depende también de la vida familiar”.

Familias con dificultades

Preguntado el cardenal sobre cuál es su propuesta para tener una actitud más tolerante hacia las familias en dificultad, sin negar la naturaleza indisoluble del matrimonio, dijo: “Propongo un camino más allá del rigorismo y del laxismo: es obvio que la Iglesia no se puede adaptar solamente al status quo, pero tenemos que encontrar un punto medio que era el camino de la vía moral tradicional de la Iglesia”.

"Y en este punto medio -señaló- las propuestas de san Alfonso de Ligorio o de santo Tomás de Aquino en la Suma Teológica, matizando que no está contra la moral, no está contra la doctrina sino más bien a favor de una aplicación realista de la doctrina a la situación actual de la gran mayoría de los hombres para contribuir a la felicidad de las personas”.

Durante la entrevista se afrontó la situación actual de la familia y esa política agresiva que la ataca en su concepción tradicional, por ello, el cardenal observó que “es obvio que hay personas y grupos que tienen un interés político contra la familia”, pero al mismo tiempo recordó que “no están solamente estos intereses ideológicos o políticos: hay también problemas económicos que afectan las condiciones laborales y que hoy son muy graves”. Las condiciones de vida en la sociedad han cambiado mucho y muchos tienen dificultades para realizar su proyecto de felicidad, explicó Kasper. Además “la mayoría de los jóvenes, sin embargo, quiere una relación estable, una familia estable, pero no lo consigue: la Iglesia, a su vez, debe ayudar a las personas que se encuentran en dificultad”.

 

Un paso similar al que se dio en el Concilio

Sobre los posibles cambios que el Sínodo de la familia podría traer en el futuro, el cardenal Kasper indica que él “no hablaría de una revolución” sino más bien de una “profundización y de un desarrollo, porque la doctrina de la Iglesia es un río que se desarrolla y así también la doctrina sobre el matrimonio se ha desarrollado”. Por ello, el purpurado alemán cree que “este paso actual sea similar al del Concilio, donde había posiciones de la Curia Romana contra el ecumenismo y contra la libertad religiosa; el Concilio conservó la doctrina vinculante -y también aquí yo quiero conservar la doctrina vinculante- pero encontró una vía para superar esas cuestiones y halló una salida. Y es esa la que también nosotros debemos encontrar hoy. Y así, no se trata de una novedad, sino de una renovación de la práctica de la Iglesia, que es siempre necesaria y posible”.



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