Los obispos de EEUU anuncian una campaña por la vida a los 40 años de la legalización del aborto

El sábado 19 se pone en marcha y culminará en la Marcha Anual por la Vida, que se celebra anualmente el 25 de enero. Estas fechas coinciden con los nuevos datos sobre el aborto que aporta una encuesta del The Pew Forum on Religion & Public Life.

"Además de nuestros actuales y cotidianos esfuerzos provida, el compromiso de oración y penitencia a nivel nacional es esencial para alumbrar una cultura de la vida". Estas palabras empleó Tom Grenchik, el director ejecutivo del Secretariado de actividades provida de los obispos estadounidenses, al presentar la campaña. A pesar de que en los últimos años, esta causa gana terreno progresivamente -hace poco la prestigiosa revista Time llevó este dato a portada-, todavía queda mucho terreno por recuperar. Años y años de permisividad han acabado con más de 55 millones de vida solo en en la nación norteamericana.

Quizá lo más novedoso reside en la forma de rebelarse contra el aborto, que también dice mucho de cómo un católico entiende su conciencia social. Sin algaradas ni gritos, combinando una protesta anual como la del día 25 de enero con una semana larga de oración, penitencia y peregrinación. Además, esta iniciativa se une a otras en defensa de los tres pilares sobre los que se sostiene una sociedad y que ahora están en peligro en el país de las barras y las estrellas: el matrimonio, la libertad religiosa y la vida.

Se ha preparado un material especial para la ocasión y se ha incidido en que el mensaje cale en los jóvenes. Por ello se emplearán las redes sociales y la telefonía para hacer llegar la novena y mostrar un vídeo acerca de los efectos del aborto. Los nueve días terminarán con una Eucaristía y una Hora Santa en la que se pedirá a Dios "que sane las heridas de este pecado".

The Pew Forum on Religion & Public Life, un proyecto del Pew Research Center focalizado en el ámbito de la religión y la vida pública, ha publicado una encuesta reciente en la que pone de manifiesto la opinión de los estadounidenses acerca de este aspecto y de la posibilidad de dar la vuelta a la decisión tomada en 1973 en el caso Roe vs Wade. Llaman la atención algunos datos, unos desalentadores y otros más esperanzadores. Entre los primeros, el apoyo a no modificar la ley del 63% de los encuestados, así como la caída en diez puntos porcentuales de quienes consideran el aborto un tema crítico o el 55% de los católicos (63% entre los mismos que son de raza blanca) que no quieren un cambio legislativo contra el actual estado de la cuestión. Entre los segundos, que la mayor oposición se centra en aquellos que cursan estudios de instituto o aún menores y que los que entienden el aborto como algo inmoral superan con mucho a los más permisivos.