Claves de la concesión a Tarcisio Bertone del Premio Internacional Conde de Barcelona 2011

El jurado del Premio Internacional Conde de Barcelona ha concedido este año el galardón al Secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Tarcisio Bertone. El comunicado de la Fundación que otorga el premio, cuyo presidente es el Rey Juan Carlos, subraya la "templanza, prudencia y espíritu de apertura en afinada sintonía con el Papa, en un momento difícil para Europa y el mundo".

El jurado ha destacado el papel de Bertone en los viajes del Papa a España, desarrollando "una inteligente labor diplomática, limando aristas, aconsejando al episcopado español y estabilizando las relaciones con la clase política". Además resalta el papel que la Santa Sede juega en países como Cuba en la que Bertone, según el jurado, ha desarrollado una labor "tenaz y constante".

El cardenal Bertone es una persona sencilla, humilde y leal. Cuando Benedicto XVI lo nombró Secretario de Estado, el no lo quería aceptar porque no se veía capacitado para la tarea. Consideraba que no hablar inglés y no proceder de la escuela diplomática vaticana eran grandes obstáculos para desempeñar la tarea. El Papa insistió porque Bertone había demostrado, ya en tiempos de la Congregación de la Doctrina de la Fe, ser una persona de confianza a la que se le pueden encargar tareas delicadas. Fue Bertone quién se ocupó personalmente de algunas de las denuncias de abusos sexuales que llegaron al Vaticano y también fue él uno de los encargados de hacer público el tercer secreto de Fátima.

Bertone ha respondido a la confianza de Benedicto XVI trabajando duramente para resolver muchas situaciones difíciles, aunque quizás su falta de experiencia diplomática ha hecho que el Vaticano se encuentre en problemas más de una vez, como con el famoso discurso de Ratisbona o la crisis del lefebvriano Williamson. Bertone ha aprendido mucho de los errores del pasado siendo en parte responsable del éxito de los viajes del Papa a Reino Unido, Portugal y Alemania, entre otros. Otra critica que recibe a menudo es la de ser el responsable de la actual italianización de la Curia.

El Secretario de Estado vaticano es el quinto de ocho hermanos. Nació hace casi 77 años en Romano Cavanese, un pequeño pueblo de Turín de unos 3.000 habitantes. Como todos sus hermanos estudió en los Salesianos, donde desarrollo sus dos pasiones: la Virgen María y el fútbol. Desde joven ha sido seguidor de la Juventus de Turín, además su pasión por el deporte rey le llevó, cuando era arzobispo de Génova, a comentar para una radio los partidos de la Sampdoria y el Genova. Además ha sido uno de los principales impulsores de la Clericus Cup, el mundial de fútbol para sacerdotes y seminaristas.

 

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