El Papa con los niños enfermos del Policlínico Gemelli de Roma

En el clima de la que tradicionalmente se considera la fiesta por antonomasia de los pequeños, el Papa hizo ayer por la tarde una visita a los niños con espina bífida ingresados en el Policlínico Gemelli de Roma.

La espina bífida es una malformación congénita grave de la columna vertebral y la médula espinal, debido a la falla de cerramiento del arco posterior de una o más vértebras, con la consecuente salida de la médula espinal y las meninges.

En 2010, vieron la luz en este hospital 3.450 niños y 350 de ellos necesitaron una atención especializada en unidades de cuidados intensivos y patología neonatal.

En el Departamento de Pediatría, Benedicto XVI se entretuvo con los niños ingresados y bendijo las instalaciones del Centro de Espina Bífida. También estuvo en la unidad de cuidados intensivos neonatales.

Antes de despedirse, el Papa saludó en la entrada del Policlínico a los niños de los diferentes departamentos del centro pediátrico, con los padres y el personal medico. Tras escuchar la canción de uno de ellos, y el saludo de una pequeña enferma, aseguró a los niños que les quería y que rezaba por ellos, animándoles también a ser fuertes para afrontar la enfermedad.

El Papa trata de sacar tiempo para estar con los que más sufren, sobre todo si son niños. Basta con recordar las visitas a las instalaciones de pediatría en el curso de los viajes internacionales y en Italia. En particular, la visita del 13 de mayo de 2009 a las Caritas Baby Hospital en Belén, durante la peregrinación a Tierra Santa, y la del 19 de marzo de ese año al Centro de Yaundé, en Camerún, titulado al Cardenal Paul-Émile Léger.

En noviembre de 2010, se constituyó en la Unidad de Neonatología un “Day Hospital” para niños con espina bífida y neuropatías congénitas. Actualmente unos 700 pacientes son atendidos en el Centro en régimen de “Day Hospital” o de internación ordinaria.

En apoyo del Centro trabaja una asociación de padres de niños con espina bífida e hidrocefalia -El Camino hacia el arco iris”-, una organización sin fines de lucro fundada en 1998 para difundir la labor del Centro a través de la promoción de congresos y reuniones con especialistas de referencia, y para aumentar la conciencia de la enfermedad. La asociación ayuda a organizar campamentos de verano para niños con espina bífida, una iniciativa destinada a fomentar las relaciones entre las personas afectadas por la enfermedad y a fortalecer la integración de los niños mayores en la escuela, el trabajo y en los deportes.

Por Alfonso Bailly-Bailliére

 

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