Extra omnes

Cada vez está más cerca el 'extra omnes', la frase pronunciada por el maestro de ceremonias y por la que da comienzo el cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI.

El lunes por la mañana tuvo lugar la última congregación general. Los cardenales se retiraron y a las 5 de la tarde tuvo lugar el juramento de 'los otros' del cónclave. Laicos, sacerdotes y religiosos que ayudarán al buen desarrollo de las votaciones cuya discreción es absolutamente necesaria. Por eso, con la aprobación del cardenal camarlengo, Tarcisio Bertone, unas 90 personas juraron al igual que jurarán los cardenales electores, no revelar nada de lo que ocurrirá durante las votaciones. Desde médicos y policías hasta el conductor del minibús que llevará a los purpurados desde la Casa Santa Marta hasta la Capilla Sixtina.

Ya está todo listo en el Vaticano y en especial en la zona donde se desarrollará la elección. A las 10 de la mañana la Misa 'Pro Elegendo Romano Pontifice', en la que concelebrarán todos los cardenales y la presidirá el cardenal decano, Angelo Sodano. Después, hacia las 4.30 de la tarde, comenzará la procesión desde la capilla Paolina hasta la capilla sixtina. Cantando el 'Veni Creator Spiritu' los cardenales pedirán que el Espíritu Santo los ayude a elegir al nuevo Papa que la Iglesia necesite. Después, el Maestro de Ceremonias, monseñor Guido Marini, pronunciará el 'Extra Omnes' y todo lo que ocurra desde ese momento quedará guardado en el más estricto de los secretos.

La primera fumata, que se prevé negra, será entorno a las 8 de la tarde. Y el humo que salga de la famosa chimenea será lo único que sabremos del desarrollo de las votaciones. Mientras tanto, los 1.196 millones de católicos del mundo, esperarán con la respiración contenida conocer al que será el próximo pontífice.

Y es que todo está listo en el Vaticano para recibirlo. A pocos metros de la Capilla Sixtina se encuentra la llamada 'habitación de las lágrimas'. Allí por primera vez el recién elegido Papa se viste con la sotana blanca por primera vez. Tiene sotanas de tres tamaños para elegir, zapatos rojos de números entre el 41 y el 46 y tres solideos. No se sabe quién será el próximo pontífice y hay que estar preparado para vestir a cualquiera de ellos. Se llama de las lágrimas porque tradicionalmente el recién elegido, abrumado por el peso del cargo, llora. Y es que, guiar la Barca de Pedro no es tarea fácil y estar a la altura de sus predecesores aún más. Un reto que deberá afrontar, con la ayuda del colegio de cardenales quienes le eligieron. Pero para eso aún hay que esperar a que llegue la fumata blanca, que muy probablemente llegará el miércoles.

@blancaruizanton

 

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