Bergoglio, médico, pero de almas

Con 21 años, el joven Jorge Mario trabajaba como técnico químico en un laboratorio de Buenos Aires. Comenzaba a pensar que su verdadera vocación era distinta a la Química.

Lo cuenta María Elena Bergoglio, única hermana viva del papa Francisco quien cuenta al diario La Nación que "de pequeño, Jorge Mario era un niño normal. Muy cariñoso, muy compañero, muy paternal".

Sin embargo, cuando su hermano mayor comenzaba a pensar que quizás su verdadera vocación estaba fuera del laboratorio, tuvo que mentir a sus padres.

Les dijo que iba a prepararse para entrar en la facultad de Medicina, por lo que necesitaba tranquilidad para estudiar los exámenes. Su familia recibió bien la noticia y el apoyaron para que se instalara en el piso superior de la casa de sus padres para que pudiera estudiar con calma. Hasta que un día su madre descubrió que lo que tenía en la mesa de estudio no eran libros de Medicina sino de Teología y latín.

Asombrada ante el cambio y preocupada porque su hijo le había mentido, Regina María, su madre, le pidió explicaciones. A lo que Jorge Mario contestó: "Voy a ser médico, mamá, pero de almas" y así ingresó en el seminario jesuita.

Desde allí y mientras daba clases en una escuela a niños pequeños, escribió a su hermana pidiéndole que fuera santa. María Elena lo recuerda y se ríe porque asegura que de niña era "terrible". Sin embargo, Jorge Mario le escribió; "Yo quisiera que fueras santita. ¿Por que no haces la prueba? ¡Hacen falta tantos santos!" Ahora, años después, el joven seminarista Jorge Mario es el Papa de la Iglesia católica y la 'santita' su hermana.

@blancaruizanton

 

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