Vocación y buenas noticias

Tiende la Iglesia a despertar las iras de muchos textos publicados en prensa. A veces son casos ciertos, otras suposiciones. Pero son pocos los medios no especializados en información religiosa que prestan atención a las buenas noticias. Pueden parecer notas menores pero describen mejor la realidad de la Iglesia que las malas noticias que tanto se repiten.

Por eso solo cabe felicitar a La Verdad de Murcia, que recogía en sus páginas una sentida crónica del ingreso en las Clarisas de Lorca, congregación de clausura, de una joven de dieciocho años. La historia de la vocación, desde su más tierna infancia, de la que ya es Sor Fátima de Jesús, en el siglo Fátima Martínez Tafalla López, es una buena noticia para la Iglesia. Y más aún lo es que haya varias jóvenes planteándose seguir el mismo camino.

A Sor Fátima le ha movido el amor a Dios por encima de todo. Ha querido dedicar su vida al Señor en compañía de las Clarisas, que aún no se han repuesto de los graves daños que sufrió su convento en el terremoto, y que viven entre no pocas incomodidades. Pero Sor Fátima tenía muy clara su vocación. Si las buenas noticias de Iglesia, esas cotidianas y anónimas, salieran más a relucir en los medios de información general, cambiaría sustancialmente la imagen que la sociedad tiene de ella.

Zenón de Elea 



 

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