Habló sobre “La educación católica en una sociedad plural”

Prefecto para la Educación, ante el secularismo: “Ni atrincheramiento defensivo ni católicos sin diálogo”

El cardenal Giuseppe Versaldi ha inaugurado el añado académico en la Universidad Eclesiástica San Dámaso de Madrid

El cardenal Giuseppe Versaldi, prefecto de la Congregación para la Educación Católica.
El cardenal Giuseppe Versaldi, prefecto de la Congregación para la Educación Católica.

El cardenal Giuseppe Versaldi, Prefecto de la Congregación para la Educación Católica, impartió ayer la lección inaugural en el acto del apertura del curso académico 2016-17 de la Universidad Eclesiástica San Dámaso con la conferencia “La educación católica en una sociedad plural”.

En su conferencia, el cardenal recordó algunos puntos del Concilio Vaticano II, explicó el dinamismo evangélico, remitió a la reflexión del cardenal Ratzinger sobre la educación católica y expresó algunas ideas respecto al diálogo intercultural. Asimismo, reflexionó sobre el papel de las Universidad Eclesiásticas en el mundo actual.

El prefecto hizo mención al “tiempo que nos ha tocado vivir”, en el que “se está verificando un fenómeno nuevo que no podemos pasar por alto. Como en el pasado, también ahora se manifiestan resistencias para acoger el Evangelio. La novedad está en que asistimos además a un rechazo del mensaje evangélico por parte de aquellos pueblos y culturas que antes lo habían aceptado y se habían nutrido de él hasta desarrollar una cultura cristiana, que por medio de ellos se extendió por el mundo entero”.

Versaldi afirmó que “esto es lo que ha sucedido y está sucediendo en Europa y en los países occidentales en la época moderna y postmoderna, que profundiza sus raíces en el renacimiento y en el iluminismo. Esta novedad produce una situación que no es la de una simple pluralidad cultural, sino una especie de súper cultura que se presenta con pretensiones universalistas y absolutas, a la cual las demás culturas se deben adecuar para legitimar su credibilidad”.

En su conferencia, las palabras del cardenal Ratzinger que son “una llamada rica de esperanza: Lo que más necesitamos en este momento de la historia son hombres que, a través de una fe iluminada y vivida, hagan que Dios sea creíble en este mundo”.

Abiertos al diálogo

El responsable del Vaticano en la Congregación para la Educación Católica concluyó que “en estos tiempos de secu­larismo combativo y persuasivo (promovido en ocasiones por instituciones laicas y del Estado), algunos quisieran un atrincheramiento defensivo en la ciudad segura de la ortodoxia, con la consecuente clausura del diálogo con aquel que no es creyente o condescendiente con el Magisterio de la Iglesia”.

Pero en contraposición, el cardenal Versaldi afirmó que “no faltan aquellos que, en nombre del diálogo, olvidan la pro­pia identidad de creyentes cristianos y terminan (tal vez sin intención) por reducir las instituciones eclesiásticas a meros lugares de debate, donde los católicos se convierten en simples árbitros de una libertad de expresión sin ninguna toma de posición (eso cuando no se prestan para criticar, incluso en público, el pensamiento cristiano, tachándolo de oscurantista y contrario al progreso científico)”.

Para evitar estos dos riesgos, el prefecto de Educación considero oportuno citar el discurso que el Papa Francisco dirigió en la clausura del Congreso mundial, a todos los participantes y representantes de las escuelas y universidades católicas.  

“Francisco ha recordado el valor pleno de la educación en cuanto significa introducir a la persona en la totalidad de la verdad; de manera que `no se puede hablar de educación católica sin hablar de humanidad, porque precisamente la identidad católica es Dios que se ha hecho hombre´”, declaró Versaldi.

Por eso, “educar cristianamente es llevar adelante a los jóvenes, los niños hacia los valores humanos en toda la realidad, y una de estas realidades es la trascendencia.  Esta tarea educativa tiene una mayor urgencia e importancia actualmente, porque `la crisis más grande de la educación es esta cerrazón a la trascendencia […]; [hay que] educar humanamente pero con los horizontes abiertos. Cualquier cerrazón no sirve a la educación”, señaló el cardenal en palabras de Francisco.

 

Educación que incluya el riesgo

El prefecto continuó que frente a la crisis educativa, que ha llevado a la “ruptura del pacto edu­cativo” entre la familia, la escuela, la universidad y el Estado, es necesario, según el Papa Francisco, una “educación de emergencia” capaz de encontrar nuevas vías. Se trata de sumar experiencias con el arte y el deporte como factores de educación, de manera que se abran nuevos modelos y horizontes educativos. Se requiere para ello una “educación inclusiva” de todos los valores humanos y religiosos compuestos en armonía”.

Y además, el cardenal hace referencia a una educación que incluya el riesgo de la que habla el Papa: “Un educador que no sabe arriesgar, no sirve para educar. Un papá y una mamá que no saben arriesgar no educan bien al hijo. Arriesgar en modo razonable” como se hace cuando se enseña a caminar… porque “el verdadero educador debe ser un maestro del riesgo, pero del riesgo razonable”.

Por último, el cardenal Versaldi mencionó también los desafíos que nos pone el Papa Francisco. Primero, el desafío de “derrumbar los muros”. El fracaso más grande que puede tener un educador es educar dentro de los muros… muros de una cultura selectiva, los muros de una cultura de seguridad, los muros de un sector social de bienestar y que no va más allá”. 



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