La organización de la Iglesia presenta la Memoria 2015

El obispo responsable de Cáritas confirma que la Iglesia seguirá denunciando las políticas injustas

Atilano Rodríguez constata que las familias monoparentales son el colectivo más vulnerable

El presidente de Cáritas, Rafael del Río, junto a Monseñor Atilano Rodríguez y Sebastián Mora, director general.
El presidente de Cáritas, Rafael del Río, junto a Monseñor Atilano Rodríguez y Sebastián Mora, director general.

El obispo de Sigüenza-Guadalajara, Atilano Rodríguez, responsable de Cáritas en el seno de la CEPS (Comisión Episcopal de Pastoral Social) presentó ayer la Memoria 2015 de la organización caritativa de la Iglesia. En declaraciones a Religión Confidencial, constató que el colectivo más vulnerable en este momento en España son “las familias monoparentales y aquellas otras que no perciben ningún tipo de ingresos.  Entre estas familias, están muchos inmigrantes”.

Caritas España presentó ayer su Memoria 2015 en el que la organización caritativa de la Iglesia Católica da cuenta del destino de los 328,6 millones de euros invertidos en sus distintos programas sociales por las 70 Cáritas Diocesanas del país, que han permitido acompañar a más de 4 millones de personas tanto en España como en los países del mundo más golpeados por la desigualdad.

Junto al presidente Rafael del Río, el acto ha contado con las intervenciones de monseñor Atilano Rodríguez, y de Sebastián Mora, secretario general de la Confederación.

La presencia de Atilano Rodríguez ha puesto de manifiesto que Cáritas es la Iglesia Católica. No pocas personas opinan que los obispos "están a otras cosas" y no a los problemas reales de los que sufren.

En declaraciones a Religión Confidencial, el obispo responsable de Cáritas explica el papel que desempeña como prelado al frente de la organización caritativa de la Iglesia:

“Mi responsabilidad como obispo acompañante de Caritas española se concreta fundamentalmente en la animación de la fe, en la reflexión conjunta con los miembros de la Comisión Permanente y en la participación en las reuniones de delegados o presidentes de todas las Caritas diocesanas. Gracias a Dios, tengo que decir que mi misión es la de escuchar y acompañar a los cristianos laicos que estudian muy bien las situaciones de necesidad, tienen magníficas iniciativas para paliar la pobreza en España o lejos de nuestras fronteras, y actúan con gran responsabilidad y eficacia, teniendo siempre presente su condición de cristianos y de miembros vivos de la Iglesia”, explica.

Atilano Rodríguez puntualiza que la actividad caritativa, al igual que el anuncio del Evangelio y la celebración de la fe, “es responsabilidad y misión de todos los cristianos. De hecho, el obispo es el primer responsable de la animación caritativa en la diócesis y el párroco lo es en su comunidad parroquial. Caritas, además de acoger e intentar responder a las necesidades de quienes acuden a las parroquias en busca de ayuda, debe dinamizar la caridad en los restantes miembros de la parroquia”.  

Políticas injustas 

Algunos lectores de este Confidencial comentan, en ocasiones, que en algunos aspectos el programa de Cáritas se parece al de Podemos. ¿Qué piensa el obispo al respecto? “Todos los políticos, sean de uno u otro signo, deben establecer siempre prioridades en la consecución del bien común, de la justicia social y de atención a los excluidos de la sociedad. A pesar de todo, siempre habrá injusticias y pobreza. Por eso, la misión de la Iglesia y de sus organizaciones caritativas consistirá en denunciar aquellas políticas que vulneran los derechos y la dignidad de las personas, pero tendiendo siempre la mano para colaborar con las organizaciones políticas y con otros grupos sociales para encontrar juntos las respuestas más adecuadas a los problemas de los excluidos”.   

Respecto a la actividad de Cáritas, el obispo Atilano Rodríguez considera que “más allá de las cifras y de los datos sobre la realidad de la pobreza en España, hay personas concretas. Por eso, mi mayor alegría son los ochenta mil voluntarios de Caritas que comparten el sufrimiento y las necesidades de los demás, intentando acompañarles en sus carencias y buscar soluciones a las mismas. Y mi mayor tristeza está en la constatación de que, a pesar de tantos esfuerzos, en nuestra sociedad del bienestar, aún hay miles de personas que experimentan la pobreza y la marginación”.

Para finalizar en este Año de la Misericordia, que concluye en breve el obispo de Sigüenza-Guadalajara emite, a través de este Confidencial, un mensaje para implicarse más en ayudar a los más necesitados a través de Cáritas: “La contemplación y la acogida del amor misericordioso de Dios, manifestado en la vida y en las obras de Jesucristo, tiene que llevarnos a practicar cada día las obras de misericordia, espirituales y corporales, con todos los hermanos y, de un modo especial, como nos recuerda el Señor en el Evangelio, con los más necesitados de la sociedad. No se puede decir que amamos a Dios, si no concretamos su amor, derramado en nuestros corazones por la acción del Espíritu Santo,  en las relaciones con nuestros semejantes”.  

 

Mejoría socioeconómica

Las condiciones de vida de las personas acompañadas por Cáritas siguen siendo de extrema vulnerabilidad, aunque se está constatando una estabilización del proceso iniciado entre 2013 y 2014 relacionado con estos factores. Así, según la Memoria 2015 de Cáritas, el número de hogares sin ingresos ha sufrido una disminución en la última parte de 2015 y primeros meses de 2016, situándose por primera vez desde el año 2013, por debajo de los 700.000 (693.000).

La tasa de desempleo ha pasado del 25% del segundo trimestre de 2014 al 20% en el mismo trimestre del 2016.


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