'La atención por los pobres está en el Evangelio y en la tradición de la Iglesia"

Francisco: "Si repitiera algunos pasajes de los primeros Padres, algunos dirían que mi homilía es marxista"

En una entrevista al periódico italiano La Stampa, el Santo Padre habla de capitalismo, justicia social y advierte sobre la cultura de descarte.


“Tratemos de construir una sociedad y una economía en las que el hombre y su bien, y no el dinero, sean el centro”. Este deseo lo transmite el santo padre Francisco en una nueva entrevista, esta vez con los periodistas italianos Andrea Tornielli, coordinador de Vatican Insider, y Giacomo Galeazzi, vaticanista de La Stampa. Ambos son autores del libro “Papa Francisco. Esta economía mata” (Papa Francesco. Questa economia uccide) que trata sobre el magisterio social de Bergoglio. El volumen, en librerías desde el martes 13 de enero, concluye con una entrevista que Francisco concedió a los autores a principios de octubre de 2014.

En primer lugar, preguntan a Francisco si cree que el capitalismo, tal y como lo hemos estado viviendo en las últimas décadas, es un sistema de alguna manera irreversible. El Papa reconoce que “la globalización ha ayudado a muchas personas a salir de la pobreza, pero ha condenado a muchas otras a morir de hambre”. Por eso advierte que “cuando el dinero se convierte en un ídolo, los hombres y las mujeres son reducidos a meros instrumentos de un sistema social y económico caracterizado, es más, dominado por profundos desequilibrios”. Y así se ‘descarta’ lo que no le sirve a esta lógica: es esa actitud la que descarta a los niños y a los ancianos, y que ahora también afecta a los jóvenes, explica el Pontífice en la entrevista. Asimismo se muestra impresionado por la cifra de jóvenes llamados NiNis --ni estudian, ni trabajan-- y recuerda que esa ‘cultura del descarte’ lleva a rechazar a los niños también con el aborto y a los ancianos con la eutanasia oculta.

A propósito, Francisco indica que “no debemos considerar estas cosas como irreversibles, no debemos resignarnos”. Y pide: “tratemos de construir una sociedad y una economía en las que el hombre y su bien, y no el dinero, sean el centro”.

Además, el Papa recuerda que “se necesita ética en la economía, y también se necesita ética en la política”. Al respecto indica que ha conocido a jefes de Estado y líderes políticos desde su elección a obispo de Roma que le han hablado de esto y le dicen que los líderes religiosos tienen que ayudarles y darles indicaciones éticas. De este modo, el Pontífice afirma, como recordaba Benedicto XVI en la encíclica ‘Caritas in veritate’, que se necesitan hombres y mujeres con los brazos elevados hacia Dios para rezarle. Al mismo tiempo se muestra convencido “de que es necesario que estos hombres y estas mujeres se comprometan, a todos los niveles, en la sociedad, en la política, en las instituciones y en la economía, poniendo al centro el bien común”.

El Papa afirma que “los mercados y las especulaciones financieras no pueden gozar de una autonomía absoluta” y que “se necesitan programas, mecanismos y procesos orientados a una mejor distribución de los recursos, a la creación de trabajo, a la promoción integral de los excluidos”.

Al preguntarle si le molesta que le acusen de ‘pauperismo’, el Santo Padre explica que san Francisco nos ayudó a descubrir el vínculo profundo que hay entre la pobreza y el camino evangélico. Y añade que Jesús afirma que no se puede servir a dos amos, a Dios y a las riquezas. Del mismo modo, Francisco explica que la pobreza aleja de la idolatría, del sentirse auto-suficientes. Y así, indica que “el del Evangelio es un mensaje que va dirigido a todos, el Evangelio no condena a los ricos, sino la idolatría de la riqueza, esa idolatría que nos hace insensibles al grito del pobre”.

Finalmente, el Pontífice explica la continuidad con la tradición de la Iglesia en esta atención por los pobres. De este modo, recuerda que un mes antes de inaugurar el Concilio Ecuménico Vaticano II, el Papa Juan XXIII dijo que "la Iglesia se muestra como es y como quiere ser: como la Iglesia de todos y, particularmente, la Iglesia de los pobres". Y así, años después, “la elección preferencial por los pobres entró a los documentos del magisterio”.

Por esta razón, el Santo Padre señala que aunque alguien podría pensar en una novedad, “en cambio se trata de una atención que tiene su origen en el Evangelio y se encuentra documentada ya en los primeros siglos del cristianismo”.

La atención por los pobres está en el Evangelio y está en la tradición de la Iglesia, “no es una invención del comunismo y no hay que ideologizarla, como a veces ha sucedido durante la historia”, advierte el Pontífice argentino.

 

Para concluir la entrevista, el Santo Padre asegura que “Si repitiera algunos pasajes de las homilías de los primeros Padres de la Iglesia, de los siglos II o III, sobre cómo habría que tratar a los pobres, algunos dirían que mi homilía es marxista. ‘No es parte de tus bienes —así dice San Ambrosio— lo que tú das al pobre; lo que le das le pertenece. Porque lo que ha sido dado para el uso de todos, tú te lo apropias. La tierra ha sido dada para todo el mundo y no solamente para los ricos’. Como se puede ver, esta atención por los pobres está en el Evangelio, y está en la tradición de la Iglesia, no es una invención del comunismo y no hay que ideologizarla, como a veces ha sucedido durante la historia. La Iglesia está lejos de cualquier interés político y de cualquier ideología: movida únicamente por las palabras de Jesús, quiere ofrecer su aporte a la construcción de un mundo en donde se custodien los unos a los otros y en donde se cuiden los unos a los otros”.

Pulse el siguiente enlace para leer la entrevista completa al Papa Francisco en el periódico La Stampa.

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