La cultura LGTBI en la Iglesia
Sigo desde hace unos meses el blog de Javier García Herrería, un joven filósofo, profesor, al que le ha dado ahora por intentar entender lo que está pasando en la Iglesia. Una misión loable sin duda. No solo entender sino explicar, lo que, a veces, especie de triple salto mortal.
Lo que está claro es que este joven publicista no tiene miedo a abordar los temas polémicos. Valiente es, sin duda.
A la hora de enfocar las cuestiones –el frame famoso-, lo suele hacer con criterio, en fidelidad a la doctrina común y con un indiscutible amor al Papa. Su Newsletter, Minorías creativas, bien diseñada y organizada, que se recibe semanalmente, suele traer alguna interesante sorpresa.
Por cierto que puestos a poner algún pero, algunas veces incluye vínculos a textos, en varios idiomas, que él considera interesantes. Me temo que quizá solo los considere él. Tengo que confesar que a veces he tenido la sensación de cierta ingenuidad, que no descarto esté relacionado con lo que pudiéramos llamar “pureza en la mirada”.
Da la impresión, también, que su trabajo está destinado a aquellos cristianos que no están en el día de la información religiosa, y que les interesa tener las ideas claras respecto a lo que oyen, leen o ven, en un momento en el que no es poco el lío.
Como pueden comprobar ustedes mismos en la web de Javier, https://javierherreria.com/ , no hace mucho colgó un post amplio sobre la cultura LGTBI en la Iglesia, en la que además de contextos ofrece ideas, datos, declaraciones.
No es este un tema que suela salir al escenario público con frecuencia. Hay sin duda una especie de espiral del silencio operativa sobre esta cuestión, que implica no solo al debate teológico y moral, sino que afecta a instituciones y personas.
No seré yo quien repita aquí lo que escribe Javier allí. Ni me voy a poner a glosar sus afirmaciones. Tengo que confesar que desconocía algunos de los datos que ofrece, por ejemplo, el del vídeo, colgado en Youtube, sobre algo más que la pastoral LGTBI en la Iglesia en España, titulado “El deseo de Dios”. Producción que requiere un visionado, desde el enfoque subyacente, crítico. Y alguna otra noticia.
Juzguen ustedes mismos sobre una cuestión que, al menos en esta ocasión, ha salido del armario.
