Se educó en una estricta familia protestante

Ken Follett se confiesa en su último libro ‘Mala fe’: de ateo militante a “encontrar paz” en la Iglesia

“Todavía no creo, pero me gusta asistir a los templos” afirma el escritor, que nunca ha ocultado su aversión al cristianismo

El escritor Ken Follett. Avvenire.
El escritor Ken Follett. Avvenire.

El famoso escritor británico del best selleres Los Pilares de la Tierra Ken Follett,  se confiesa en su último libro autobiográfico Mala fe.  En él, relata que el haber sido educado en una familia galesa muy estricta y puritana, que pertenecía a un grupo cerrado protestante, le marcó profundamente hasta aborrecer al cristianismo.

A los 16 años, el joven Ken comenzó a romper las reglas estrictas del puritanismo en el que había sido educado, lo que él denomina como mala fe (Cattiva fede), una influencia que caracterizó su juventud. Decidió estudiar filosofía en la Universidad para comprender  mejor su religión, pero al confrontar su fe con Platón, Descartes, Marx y Wittgenstein, se declaró finalmente ateo, y un “ateo enojado. Sin embargo, algo ha cambiado recientemente”, señala la sinopsis del libro.

Follett nunca ha ocultado su aversión al cristianismo. En 2010 fue una de las 54 figuras públicas que firmaron una carta abierta a The Guardian  en contra de la visita de Estado de Benedicto XVI al Reino Unido.

Algunos extractos del libro

El periódico católico italiano Avvenire publica un artículo titulado “Porque soy ateo, adoro ir a la Iglesia”, en el que adelanta algunos extractos de ese libro de 80 páginas editado en EDB.

En esta obra autobiográfica, el escrito confiesa que en su juventud “rechazó despectivamente a los creyentes. Ahora, todavía no creo, pero me gusta ir a la Iglesia”.

En sus confesiones relata que la secta protestante a la que pertenecía su familia, se había separado de la Iglesia de Inglaterra en el siglo XIX. En su casa tampoco tenían  televisión, ni radio ni tocadiscos, todos prohibidos porque eran mundanos y tampoco se podían afiliar a partidos políticos o sindicatos, ni se alistaban en el ejército ni se apuntaban a asociaciones.

Cuanto tenía 16 años y con otros adolescentes de la Congregación, Follett comenzó a visitar a ancianos una vez a la semana, pero supervisados por un líder del grupo. Estos mayores fueron quienes les abrieron su mente y les trajeron un poco de luz en su vida, cuenta el escritor en Mala fe.

“Increíblemente, esta actividad fue considerada de mala influencia y prohibida. En ese momento yo tenía dieciséis años y era perfectamente capaz de entender que eso era un completo disparate. Salí de la congregación y nunca volví [...]”, relata en el libro.

Un cristiano atormentado

El diario L’Espresso también adelanta algunos párrafos de sus confesiones. “Yo era todavía cristiano: un cristiano atormentado. En ese momento tuve que decidir qué estudiar en la universidad. Elegí filosofía, con la esperanza de que podía ayudar a superar mis dudas acerca de la existencia de Dios. Después de mi graduación, me había convertido en un ateo. De hecho, un ateo enojado”.

Sin embargo, mientras escribió el best sellers Los pilares de la Tierra, en el que invirtió más de tres años, tuvo que visitar muchas catedrales y descubrió que en el mundo real existían personas como el protagonista de su libro, el padre Philip, preocupado por el bienestar espiritual y material de su pueblo.

 

“Mis visitas a las catedrales continuaron incluso después del final de Los Pilares de la Tierra, y, finalmente, tuve que admitir que algo me atraía de esos lugares”, confiesa en su libro.

Ser el marido de una diputada del parlamento inglés por el partido laborista, Bárbara Follett (su segunda mujer), le obligó también a asistir a los servicios religiosos, conforme a lo dispuesto en los deberes del parlamento británico”.

“Ir a la iglesia consoló mi alma”

“Ahora me considero un ateo no practicante. Todavía no creo en Dios. Pero me gusta ir a la iglesia. Las vísperas cantadas, son mis preferidas”, declara el escritor.

Medio siglo después de su escape de la Congregación, hoy es un hombre que de nuevo acude a la iglesia, aunque todavía no con regularidad.

“En 2015, en nuestro aniversario de boda, asistí con Bárbara a un servicio dominical en la catedral de St. Albans. La arquitectura, la música, las palabras de la Biblia del párroco, y el sentido de compartir algo con otros, me produjo una sensación de paz espiritual. Ir a la iglesia consoló mi alma. Y, al final, he logrado entender exactamente lo que se supone que debe ser. ¿Cuánto tiempo tienen que pasar para comprender las verdades más simples?, expresa Follett.

Además de este libro autobiográfico, la tercera entrega de Los Pilares de la Tierra (1989) y de Un mundo sin fin (2007) titulada Una columna de fuego sale a la venta en España el próximo 12 de septiembre, ha informado la editorial Penguin Random House.



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