Recomendaciones del arzobispo de Conakry

La Iglesia en Guinea intenta aparcar el debate sobre el origen del ébola mientras se extiende la idea de la conspiración

Monseñor Vincent Coulibaly pide que cese el debate sobre el origen de la enfermedad cuando cunden los extendidos rumores sobre una conspiración interna o internacional. Se centra también en la labor de la Iglesia para con los estigmatizados por el ébola y da una serie de pautas de comportamiento en las celebraciones litúrgicas. 


Celebración de la Santa Misa en África
Celebración de la Santa Misa en África

El arzobispo de Conakry, en Guinea, país de África Occidental en el que arrancó el actual brote de ébola, no se ha andado con rodeos en su último mensaje a los sacerdotes, religiosos y religiosas, fieles y personas de buena voluntad. En un extenso documento dedicado íntegramente a la enfermedad. Quiere frenar de raíz algunos de los males asociados al virus fruto de la ignorancia.

En África, uno de los problemas que está provocando una mayor alarma social y menos atención a las medidas decretadas por las autoridades es el extendido rumor de cuál es el origen de la enfermedad, “si procede de comer carne de animales salvajes, si ha salido de un laboratorio o si se trata de una confabulación de la industria mundial”. El arzobispo no entra en la discusión, es decir, no se pronuncia en ningún sentido, pero sí es tajante al afirmar que eso ahora no importa. “Vamos a apagar el incendio antes de buscar si el origen es criminal o no”.

En cuanto al papel de los católicos en la lucha contra el ébola, siente que a la Iglesia le corresponde esa labora de información: “La sensibilización a través de la comunidad y de la familia deben ser las nuevas estrategias”. Esa es la única vía para evitar nuevos contagios. Por eso, les dice a parroquias y comunidades cristianas de base: “Pedimos encarecidamente a todos los sacerdotes, los religiosos y religiosas, los catequistas y todos los agentes de pastoral así como a todos los fieles creyentes y todas las personas de buena voluntad que se impliquen en la campaña de sensibilización apara decir que el ébola no tiene derecho a permanecer en nuestras familias, barrios y pueblos.

Otra labor fundamental de la Iglesia es la lucha contra la estigmatización, que está llevando a acusar a las personas que han enfermado y superado el virus de llevar la muerte a sus ciudades y países. “Evitemos la estigmatización, la exclusión y el rechazo a las personas, las ciudades y las regiones que se enfrentan a esta enfermedad y a todas las situaciones de drama que entrañan”. Y pide expresamente que al terminar la crisis del ébola todos puedan volver a mirarse a la cara.

El arzobispo da consignas específicas a los fieles y pastores para comportarse en la misa. Establece que todos los participantes en cualquier celebración litúrgica se laven las manos correctamente. También les indica que se abstengan de darse el saludo de la paz. La comunión se dará en la mano, “con toda la vigilancia y el respeto exigidos”, a fin de evitar la contaminación por saliva. Respecto a las exequias, se exigirá un certificado de las causas de la muerte si es necesario, para conocer los riesgos reales.

Los obispos han querido invitar a los fieles a participar en una novena de oración ala Divina Misericordia. Dará comienzo hoy, 14 de octubre, fiesta del Papa San Calixto y se extenderá hasta el 22 de octubre, la fiesta del Papa San Juan Pablo II, iniciador de esta devoción. En el cierre de la carta, alude a la protección de “Nuestra dama de Caná, que salió victoriosa, con san Miguel Arcángel, del dragón del Apocalipsis”.


 

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