El último día antes del cónclave

El Vaticano se despierta con ambiente de elección. Es el último día antes de que comience el cónclave en el que se elegirá al sucesor de Benedicto XVI.

Desde que el pasado viernes se anunciara la fecha de inicio del cónclave los días se han sucedido con una inesperada calma. El anuncio se esperaba para las 7 de la tarde, que es cuando terminaba la congregación general. Sin embargo a las cinco y media, Federico Lombardi avisaba a los periodistas de la decisión. Un adelanto inesperado quizás motivado porque en los tiempos 2.0 mantener la discreción es mucho más difícil.

Durante el sábado y el domingo se sucedieron las visitas a la Capilla Sixtina para los más se 5.000 periodistas acreditados, que poco a poco van tomando sus puestos en la Sala Stampa vaticana y en los media center habilitados. La rampa y algunas de las mesas para los cardenales ya están situadas en el interior de la Capilla Sixtina. En el atrio la mesa para los tres escrutadores, a uno de los lados, se situará el Evangelio sobre el que deberán jurar que respetaran el silencio y el secreto sobre lo que ocurra durante las votaciones. La estufa en la que se quemarán los votos también y de la que saldrá el humo negro o blanco está también lista. La chimenea sobre el tejado de la Capilla Sixtina también está colocada. Hacia ella se dirigirán todas las miradas en los próximos días ya que el secreto del cónclave solo se desvelará a través del color del humo que salga por ella. Este será el cónclave número 26 que se celebre en esta capilla que decorada con el Juicio Final hace aún más consciente a los cardenales de que se juegan el alma con esta votación con la que tienen el futuro de la Iglesia en sus manos.

Durante el domingo, los cardenales celebraron misa en sus iglesias titulares, una manera de mostrar con hechos su unión en Roma. A las 10 de la mañana el cardenal Amigo, en la céntrica via Giulia, a las 12 el cardenal Sistach en la parroquia de San Sebastián, a las 18.30 el gran favorito, Marc Ouellet, en Santa Maria in Transpontina, en la misma via della Conciliazione. Fieles y periodistas, a partes iguales, se mezclaban en los bancos de la iglesia para asistir a una de las últimas misas del cardenal canadiense y uno de los más papables, antes de entrar al cónclave. Poco a poco, y durante todo el día han ido sucediéndose en toda Roma y durante el segundo domingo de Sede Vacante las Misas de todos los príncipes de la Iglesia.

Mientras tanto en la casa Santa Marta todo está listo para acoger a los 115 cardenales electores que el martes por la mañana se trasladarán allí durante los días que dure la elección del nuevo Papa. A pesar de que la Universi Dominici gregis pide a los cardenales que se trasladen esta domus la noche antes, en este particular cónclave no será así, ya que será el mismo martes 12 cuando se instalen. Poco después todos los purpurados celebraran en San Pedro la Misa Pro Elegendo Pontífice en la que pedirán al Espíritu Santo especial ayuda y claridad a la hora de votar. También al Espíritu Santo está dedicada la capilla de la Casa Santa Marta. En esta particular residencia vaticana duermen y comen los electores, aislados del mundo.

Mientras tanto, la Iglesia consciente de sus últimas horas de orfandad, mira expectante a el humo de la Capilla Sixtina y conocer el nombre del sucesor de Benedicto XVI.

@blancaruizanton

 

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