El secretario del Sínodo pide tener el ánimo sereno
A pocos días del comienzo de la III Asamblea extraordinaria del Sínodo de los obispos sobre la pastoral familiar, su secretario general, el cardenal Lorenzo Baldisseri insiste en que "es necesario tener el ánimo sereno" ante las polémicas que han surgido recientemente, entre ellas la controversia sobre la comunión a las personas divorciadas.
"Es necesario tener el ánimo sereno, ponderación y calma", ha señalado el cardenal Baldisseri en una entrevista concedida a la agencia italiana SIR. "Entiendo que los ánimos se enciendan en la vigilia del evento especialmente en los argumentos que los medios enfatizan a los cuales algunos eclesiásticos han sido vulnerables", ha asegurado.
Sin embargo, el secretario general del Sínodo ha considerado que "expresar las propias opiniones es positivo" pero ha pedido que "se haga con civilización y sentido constructivo" ya que ha añadido que "si se quiere dar respuestas adecuadas es necesario construirlas en la confrontación y con la buena voluntad de hacer pasos hacia delante para encontrar vías de solución en la verdad y en la caridad".
En esta línea, Baldisseri ha sugerido hablar también "de la poligamia, los matrimonios combinados, los matrimonios mixtos, las pobrezas de todo tipo que crean a menudo las condiciones para separaciones, divorcios, derrotas" y ha explicado que "estos y muchos otros temas serán discutidos en el Sínodo" para encontrar sobretodo "el lenguaje justo para transmitir a los jóvenes la belleza del Evangelio de la familia". Por este motivo, ha pedido a los medios "crear una opinión pública de amplio respiro con horizontes bastos y una visión mundial de la familia".
Por ultimo, el responsable de la secretaria del Sínodo ha precisado que en la conclusión de los trabajos sinodales que se realizarán en el Vaticano del 5 al 19 de octubre habrá "un mensaje al pueblo de Dios y un documento llamado sinodal que sustituirá las proposiciones" y ha agregado que este documento será "aprobado por la asamblea el cual será entregado al Santo Padre que dispondrá de él y -ha concluido- será la base del instrumentum laboris del Sínodo de 2015.
