Los nuevos cardenales ya tienen trabajo

Como es costumbre tras un consistorio, Benedicto XVI distribuye a los nuevos cardenales entre los Pontificios Consejos y los Dicasterios vaticanos. Pero tras los nombramientos, cambios y relevos que se han dado durante el pasado año, hay algunos presidentes y prefectos de los departamentos de la curia vaticana que son obispos, aunque por el cargo que ocupan serán, casi con toda seguridad, los próximos en ser nombrados príncipes de la Iglesia.

El último consistorio de noviembre fue inusual en muchos aspectos. La rapidez con la que se convocó, el bajo número de purpurados y su lugar de procedencia. Ahora, siguiendo la praxis habitual en el Vaticano; Benedicto XVI distribuye a los nuevos purpurados entre los dicasterios vaticanos.

John Olorunfemi Onaiyekan, arzobispo de Abuja, en Nigeria, pasa a formar parte de la importante Congregación para la Doctrina de la Fe, a la que Benedicto XVI tiene especial cuidado tras sus años como prefecto. Como es lógico, los nuevos cardenales de ritos distintos al latino, el libanés Béchara Boutros Raï, patriarca de Antioquía de los maronitas, y el arzobispo de los Siro malankares, Baselios Cleemis Thottunkal, trabajarán en la Congregación para las Iglesias Orientales. Este último, es el más joven del colegio cardenalicio y entrará en el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. Boutros Raï comenzará en el Tribunal de la Signatura Apostólica, en el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales y también en dedicado a los Emigrantes e Itinerantes junto con el cardenal Luis Antonio Tagle, de Filipinas. El cardenal de Manila y John Olorunfemi Onaiyekan, de Nigeria, pasarán al Consejo para la Familia, presidido por monseñor Vincenzo Paglia.

El cardenal colombiano Rubén Salazar Gómez, será consultor en la Comisión para América Latina y en el Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz. Y Michael Harvey, hasta el pasado octubre Prefecto de la Casa Pontificia y ahora actual arcipreste de la Basílica de San Pablo Extramuros trabajará en la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y en la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica.

Nada nuevo, todo bajo el normal procedimiento vaticano. Pero es curioso cómo algunos de estos cardenales se insertan en Congregaciones y Pontificios Consejos presididos por obispos y que son los serios candidatos a la púrpura. Un consistorio para el que aún no hay fecha, pero para el que ya se puede adivinar la lista de futuros príncipes de la Iglesia, por el puesto que de manera natural reclama tener un cardenal a la cabeza.

Como es el caso de la Congregación para la Doctrina de la Fe, uno de los departamentos más importantes dentro del Vaticano y también de los más queridos por Benedicto XVI y que actualmente está en manos del arzobispo Gerhard Ludwig Müller. Se trata de una posición de suma importancia ya que históricamente esta Congregación no tenía prefecto ni presidente, sino que era el mismo Papa el que estaba al frente de ella. Müller sustituyó al cardenal Levada en el cargo y éste a su vez a Joseph Ratzinger cuando fue elegido Sucesor de Pedro, por eso no es de extrañar que en ese puesto de 'guardián de la fe' haga falta una figura fuerte en todos los sentidos y que por eso Gerhard Müller se sitúe como el número uno en la lista de futuros cardenales.

En el Pontificio Consejo para la Familia ocurre algo parecido. El cardenal Ennio Antonelli se despidió de la presidencia con la organización de la Jornada Mundial para las Familias que tuvo lugar en Milán el pasado mayo. Tomó el relevo en la presidencia Vincenzo Paglia, hasta entonces obispo de Terni, en Italia, y que desde junio está al frente de este Pontificio Consejo para las Familias. Según la tradición en Terni, donde Paglia fue obispo, se encuentran las reliquias de San Valentín. Durante sus años allí, monseñor Paglia promovió en toda Italia la llamada 'Fiesta de la Promesa' que se celebra el 14 de febrero y está dedicada a los prometidos que ese año se casarán y que, curiosamente, pasarán a depender del Pontificio Consejo para las Familias, del que ahora es presidente.

Entre los documentos del Archivo Secreto Vaticano y de la Biblioteca Apostólica Vaticana se movió durante años el cardenal Raffaele Farina. Un cargo que Benedicto XVI pidió ocupar en varias ocasiones a Juan Pablo II y que ahora está en las manos del arzobispo Jean Lois Bruguès quien también es candidato a la púrpura.

Aunque, como siempre, Benedicto XVI se reserva la última palabra al respecto y por lo tanto, las sorpresas están servidas.

@blancaruizanton

 

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