El Vaticano desmiente la profecía de los mayas

Dicen que el mundo se acaba y ciertamente es así. Un día más es uno menos. Pero el 'apaga y vámonos' de la humanidad no será el 21 de diciembre.

Los pobres mayas no tienen culpa, no son una cultura apocalíptica como tantos 'estudiosos' se empeñan en hacernos creer con la falsa investigación del fin del mundo por el fin del calendario maya. Los calendarios son un sistema de representación del paso de los días agrupados en unidades superiores. Son ciclos y el almanaque maya no es una excepción. Igual que después del 31 de diciembre no se contempla en los calendarios otro día, no quiere decir que sea el fin del mundo, sino simplemente el fin de un ciclo.

"En los últimos tiempos se han previsto más de 200 fines del mundo distintos", asegura el sacerdote Marcello Stanzione que ha publicado el libro "Apocalípsis y fin del mundo. Miedos de ayer y de hoy". Igual que con la llegada del año 2000 se preveía un caos informático -que no ocurrió– igual ahora, con el final del calendario maya se prevén catástrofes que no tendrán lugar. "Y siempre hay algún listo que se quiere aprovechar"; afirma Stanzione.

Meteoritos, mortíferas alineaciones de planetas o un repentino cambio de los polos de la Tierra 'amenazan' a la humanidad. Ante esta situación 'límite' la NASA –que de eso sabe bastante- se pronunció y dijo ni más ni menos que "se trata de un gran engaño".

José Funes es uno de los astrólogos más importantes dentro del Observatorio Astronómico del Vaticano y en un artículo cargado de sentido del humor y de ironía, aseguró que ninguno de los catastróficos finales de los que hemos oído hablar está por ocurrir en un futuro próximo y mucho menos unos días.

Preguntado por el tema, el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga aseguró que "son solamente supersticiones. Y que el fin del mundo llegará cuando el mundo entero se convierta al cristianismo". Y aunque bien es cierto que 'no sabemos el día ni la hora', sí que podemos decir que para ello todavía queda bastante.

También con mucho sentido del humor, un obispo chileno, monseñor Bernardo Bastres Florence, de Punta Arenas, llegó a decir en broma a sus fieles que si, en efecto, el día 21 creían que se iba a acabar el mundo, dejasen dicho que la herencia fuera a parar a la Iglesia.

El mundo se va a acabar, pero solo Dios sabe el día.

@blancaruizanton

 

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