Simposio sobre Pastoral hospitalaria

Todos los hospitales públicos ofrecen asistencia religiosa de las distintas confesiones

“El paciente, por lo general, no tiene miedo al sacerdote; se asustan más los familiares”, afirma Martínez Carracedo, delegado diocesano

El capellán de un hospital de Zamora atiende a una enferma.
El capellán de un hospital de Zamora atiende a una enferma.

El martes 13 de octubre comienza un simposio sobre pastoral hospitalaria, organizado por el departamento de pastoral de la salud de la Conferencia Episcopal Española. El objetivo es analizar las nuevas claves para una pastoral evangelizadora en los hospitales: acompañar, escuchar y aliviar al enfermo de su angustia. Respecto a los cuidados paliativos, la Iglesia Católica es clara: cuidar de una vida digna hasta el final.

Más de 200 personas que trabajan en la asistencia religiosa en los hospitales, participarán en este encuentro para estudiar cómo vivir la pastoral evangelizadora más adaptada a las circunstancias. Una de las claves informar que todos los hospitales públicos de España ofrecen a los enfermos asistencia religiosa de las distintas confesiones.

“Uno de los objetivos de este simposio es mejorar la eficiencia, volver a ilusionar. Cada persona es diferente pero el enfermo busca en un sacerdote o un pastor, lo primero que se le escuche, poder desahogarse. Ayudamos a las personas a aliviar su sufrimiento, una práctica muy terapéutica”, explica Jesús Martínez Carracedo, director del departamento de pastoral de la salud de la Conferencia Episcopal Española. Después de ayudar al paciente a aclarar dudas, se le puede ofrecer la unción de enfermos, que es un sacramento que da vida.

En España, actualmente se está instaurando una tradición inversa a la que se daba hace dos décadas. Hace unos años, los pacientes crónicos demandaban más a los sacerdotes. Entre otras cosas porque en España había cultura religiosa. Ahora, los familiares no llaman al cura no vaya a ser que su familiar enfermo “se asuste”. “Depende del paciente, pero por lo general, se asustan más los familiares que los enfermos”, señala Martínez Carracedo, sacerdote de la diócesis de Tui-Vigo, que ha trabajado más de 13 años como capellán de los hospitales públicos de Vigo.

Además de informar a los pacientes de su derecho a solicitar asistencia religiosa (así como asistencia psicológica y social), otro de los retos que se debe mejorar es cambiar la sensación de que el cura solo está en la muerte. “Estamos también para acompañar y dar esperanza a cualquier enfermo. Tenemos que cambiar también nuestra forma de presentarnos. Hay que entrar a las habitaciones con una sonrisa, llevando vida, de manera humilde, utilizando más el lenguaje no verbal que el verbal. Es fácil encontrar gestos apropiados”, comenta Carracedo.

Sobre si es mejor presentarse al paciente con alzacuellos o no, ambas cosas tienen sus ventajas e inconvenientes. Martínez Carracedo señala que “en algún caso, el alzacuellos puede causar rechazo en el paciente, pero el sacerdote o personal religioso debería siempre distinguirse con algún signo, como una cruz, porque el servicio que se ofrece es religioso”. 

Cuidados paliativos para aliviar el sufrimiento

Respecto a los cuidados paliativos al final de la vida, la postura de la Iglesia católica siempre ha sido no al sufrimiento, no al dolor físico, pero sí a la vida. Los psicólogos pueden aliviar el sufrimiento y la angustia, pero “también los sacramentos son alivios para el sufrimiento”, afirma Carracedo.

En todos los hospitales de órdenes religiosas se atiende con profesionalidad y caridad a los enfermos terminales. La Iglesia católica cuenta en Madrid con algunos centros especializados en cuidados paliativos como San Camilio en Tres Cantos o Laguna en Vallecas. “Nuestro lema no es derecho a una muerte digna, sino cuidar de una vida digna hasta el final”, señala el delegado de pastoral de la salud.

El simposio sobre pastoral hospitalaria se celebra en El Escorial (Madrid) del 13 al 15 de octubre. Otro de los objetivos de este simposio es formar al personal que está junto al enfermo, estudiar las nuevas realidades, hacer eficaz la asistencia religiosa católica en los hospitales y poder trabajar en equipo con el servicio psicológico-social.

Para el trabajo pastoral se cuenta con 483 capellanes a jornada completa (para centros entre de más de 200 camas), 271 a media jornada (hospitales de menos de cien camas) 83 personas idóneas (no sacerdotes) a jornada completa y 61 personas idóneas a media jornada. También hay 800 voluntarios. No son personal contratado por el hospital, pero sí es un servicio público que el hospital ofrece a los pacientes y que la diócesis presta. Es una subcontrata y el sueldo se sitúa alrededor de los 1.000 euros brutos en todas las comunidades autónomas, excepto Madrid y Barcelona que la retribución es algo mayor.

 

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