Extrema situación de los católicos en Irak

Amel Nona: “El problema no es cómo vamos a morir, sino cómo vamos a vivir; por eso seguimos siendo cristianos”

El arzobispo de Mosul habla en Madrid ante una parroquia abarrotada

La noche del sábado 20 de diciembre, en la iglesia de la Virgen de la Providencia y San Cayetano, monseñor Amel Nona ofreció su testimonio para explicar la trágica situación que atraviesan los fieles de su diócesis.

Amel Nona es el arzobispo de las 20.000 familias -o lo que es lo mismo: más de 120.000 personas- que en 24 horas tuvieron que huir de Mosul con lo puesto, rumbo a un futuro incierto. Nona vive junto a su comunidad en el duro día a día del exilio, en el Kurdistán iraquí, pero el pasado fin de semana viajó hasta Madrid para tratar de mejorar la situación de sus fieles sumándose a la campaña puesta en marcha por Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN).

El objetivo de esta campaña –una de las mayores de AIN en sus casi 50 años de historia- es recaudar 1,5 millones de euros para cubrir las necesidades básicas de esta comunidad cristiana, que a sus muchas dificultades ha de sumarse ahora el duro invierno que está azotando el norte de Irak. El apoyo económico también podría servir para que los cristianos iraquíes no tengan que abandonar definitivamente su país, donde han vivido de forma ininterrumpida durante los últimos 1.800 años.

El causante de esta dramática situación es el autoproclamado Estado Islámico, un grupo terrorista que ha devenido en auténtico ejército; dispone 50.000 a 70.000 efectivos y de abundante material militar, incluidos carros de combate y misiles. Su ambición: crear un nuevo califato. De momento, gracias al vacío de poder propiciado por la inestable situación de Irak y la inacabada guerra de Siria, ya controlan un amplio territorio propio que ha desdibujado la frontera entre los dos países.

La brutalidad del Estado Islámico es célebre. Tras su ofensiva sobre Mosul, llevada a cabo en junio de 2014, este grupo yihadista se hizo con el control de la ciudad durante un mes hasta que fue liberada –de forma más nominal que real- por los peshmergas, las tropas del Ejército de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí.

El horror

Durante el dominio de las milicias yihadistas sobre Mosul se vivieron escenas dantescas. La población civil cristiana y, sobre todo, la minoría yazidí padeció una campaña de terror que incluyó crucifixiones, lapidaciones, decapitaciones, violaciones, ejecuciones en masa y secuestros de mujeres y niñas. Todo, a plena luz del día.

¿De donde procede tanto odio? Monseñor Nona ofreció su explicación a la audiencia: “Proviene de su propia religión. Su libro religioso contiene versículos que incitan a la violencia y al odio. Se podría también hablar de los motivos políticos y sociales que explican su conducta, así como de los apoyos que recibe el Estado Islámico. Hoy basta con explicar de donde proviene su odio”.

“La mayor parte de los cristianos han tenido que exiliarse”, prosiguió el arzobispo, que se iba expresando en italiano mientras el sacerdote Manuel María Bru Alonso traducía sus palabras al español. “120.000 personas han cambiado de ciudad; en una sola noche tuvieron que salir con lo puesto buscando un lugar seguro. Recuerdo un matrimonio joven con dos hijos que caminaron casi toda la noche a pie. Estaban muy cansados, los niños lloraban. Pero ellos no se quejaban. Al contrario, daban gracias a Dios por estar a salvo”, recordó Nona.

Las catacumbas del siglo XXI

Pese a todo, la Iglesia de Mosul, aunque diezmada y perseguida, vive. “Es muy peligroso seguir allí pero este pequeño grupo destaca por su gran fidelidad; he podido experimentar como viven la fe en comunidad”, explicó el metropolitano.

En cuanto a su historia personal, mons. Nora contó que fue nombrado obispo en 2010, después de dos años sin pastor en la diócesis tras el asesinato del anterior mientras celebraba Misa. “Unos parientes me preguntaron, ¿pero como se te ocurre aceptar este nombramiento? Pero todos vamos a morir, lo importante es cómo decidamos vivir nuestra vida. Y esta comunidad ha decidido vivir con fuerza y con coraje cada momento de su existencia”.

 

Para ilustrar este coraje, el arzobispo también recordó la celebración del pasado Viernes Santo en una iglesia derruida de Mosul. “Al principio estaba medio vacía, había una o dos personas. Pensábamos que nadie iba a venir, pero poco a poco fue llegando gente y se acabó llenando. Algunos fueron caminando por la calle. Es muy peligroso para un cristiano andar solo por la calle en Mosul. Cuando el Ejército vio que estamos reunidos sin protección acudieron con sus coches a escoltarnos”.

Pese a estas muestras de valentía, la situación es tan crítica que, por primera vez en 1.800 años de historia, no se celebra Misa de manera pública en Mosul. Nona reconoció que los cristianos iraquíes, cuyo idioma es el arameo -la lengua que Jesús de Nazaret utilizaba en el día a día-, necesitan ayuda para seguir viviendo en su tierra ancestral. Por eso AIN ha iniciadola citada campaña navideña con el objetivo de proporcionales escuela y viviendas; una campaña en la que, por 20 euros, se le puede enviar a cada niño cristiano iraquí un paquete de regalo que contiene una biblia, un dulce y un abrigo para pasar el invierno. Por otro lado, el proyecto de AIN también incluye ayuda a religiosos y seminaristas.

Vivir cada momento a fondo

Con la presencia de Amel Nona en Madrid, AIN ha querido reforzar esta campaña de recaudación. El arzobispo, agradecido, precisó: “Nosotros queremos volver a nuestra ciudad; es nuestra tierra, pero si no pudiéramos, viviríamos en cualquier tierra, en cualquier sitio. Para seguir en nuestra tierra necesitamos ayuda. Y la ayuda más importante que nos podéis dar a nosotros es que mantengáis vuestra fe; es permanecer juntos en la fe”.

Nona explicó como los cristianos de Oriente creen que también en Occidente todos son cristianos, “pero cuando venimos aquí vemos que no, que aquí muchos abandonan su fe. Para nosotros es una gran esperanza saber que el resto de los cristianos se preocupan por nosotros. Por eso os pedimos que seáis fuertes. Nosotros no tenemos miedo a morir allí. Lo importante no es morir, si no vivir bien cada momento. Y nosotros lo estamos haciendo muy bien. Ningún cristiano ha renunciado a su fe. No estamos tan preocupados por nosotros como por Occidente, donde se pierde la fe. Si nosotros permanecemos juntos y tenemos coraje, vosotros también podéis hacerlo”.

Ya en el turno de preguntas, el arzobispo abordó los vínculos que unen durante estos difíciles momentos a católicos y ortodoxos -“Somos hermanos, toda la ayuda se reparte sin distinción; la relacción es muy buena”-, al tiempo que explicó el diferente grado de afinidad que los cristianos iraquíes mantienen con sunitas y chiítas –las dos grandes ramas del Islam-: “Nos llevamos mejor con los chiítas, pero no hay mucha diferencia. Los chiítas son más espirituales. Si no te metes con ellos, ellos no se meten contigo. Los sunitas, en cambio, agreden al que no es como ellos. Pero todos los grupos fundamentalistas son parecidos”. Tras concluir su conferencia-testimonio, los asistentes despidieron a monseñor Nona con un largo aplauso.

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