Se estrena en España el 6 de enero

Los jesuitas se implican a fondo en Silencio, el film de Scorsese sobre la persecución cristiana en Japón

Han asesorado al director y a los actores. La película narra la historia de dos misioneros y su mentor, quien renuncia a su fe tras ser torturado

El actor Liam Neeson protagonista de Silencio.
El actor Liam Neeson protagonista de Silencio.

La película Silencio se estrena en España el próximo 6 de enero. Basada en la novela histórica del aclamado escritor japonés católico Shūsaku Endō, es un proyecto personal del director Martín Scorsese que ha tardado veinte años en materializar. Se enmarca en los duros años de persecución del cristianismo en Japón en el siglo XVII.

La película narra los sufrimientos de dos jesuitas que son enviados a Japón, después de que hayan llegado noticias a Roma de que el padre Cristóvão Ferreira (Liam Neeson, en el film), misionero portugués, tras ser torturado, ha renegado de su fe. Su apostasía en 1633 causó gran impacto en la Europa católica.

Los dos jóvenes jesuitas ˗P. Sebastiao Rodrigo (Andrew Gardfield) y Francisco Garpe (Adam Driver)- sufrirán en sus propias carnes la persecución y los suplicios a los que se vieron sometidos numerosos cristianos de Japón en aquella época.

Como telón de fondo planea el silencio de Dios ante el martirio que pesa sobre uno de los protagonistas, silencio al que alude el título de la novela y la película.

La Compañía de Jesús se ha implicado a fondo en este proyecto. Silencio se presentó a finales de noviembre en Roma ante 400 jesuitas, en una  proyección especial y quienes consideraron la película como excelente, cargada de espiritualidad y profundidad, a pesar de su crudeza.

Obra maestra que conecta con todos

Asimismo, varios jesuitas han asesorado al director y a los actores durante el rodaje a petición de Scorsese. El estadounidense James Martin SJ fue asesor del director durante todo el rodaje. Después de ver la película en Roma, la calificó de "obra maestra, que muestra a la perfección las complejidades de la fe y el viaje espiritual de los hombres". Según este jesuita "conectará con creyentes y no creyentes".

El jesuita español Alberto Núñez fue consultor técnico del set y su misión fue preparar a los actores sobre los modos de proceder jesuita y supervisar las escenas de carácter religioso.

Por su parte, dos jesuitas de los estudios Kuancgchi de Taipei, el americano Jerry Martinson y el italiano Emilio Zanetti, también estuvieron en el set, e incluso este último aparece de extra. Asimismo, el actor Andrew Garfield hizo Ejercicios Espirituales para interiorizar mejor la espiritualidad ignaciana.

Además, el departamento de prensa de la congregación en España ha elaborado un extenso y profundo dossier para los periodistas.

También, el jesuita Antonio Spadaro, director de Civittà Cattolica realiza una amplia entrevista a Martín Scorsese sobre la película.

 

La obra jesuita entreParéntesis publica dos artículos sobre el film: Los Santos Inocentes y ¿Calla Dios ante el sufrimiento humano?

Además, la Compañía de Jesús ha difundido dos vídeos sobre la película. Uno es el del P. Adolfo Nicolás, Superior General de la Compañía de 2008 a 20016 y misionero en Japón durante 44 años.  El otro vídeo es una entrevista del jesuita James Martín, (asesor de la película) a Scorsese.  

La novela de un japonés católico

El escritor japonés Shūsaku Endō (1923-1996), publicó la novela Silencio en 1966 y fue reconocida ese mismo año con el premio Tanizaki, uno de los más prestigiosos galardones literarios japoneses. Endō es uno de los grandes escritores japoneses del siglo XX, con la particularidad de ser cristiano católico, en un país en el que la población cristiana no llega al 1%. La religión es un tema presente en sus obras.

 La publicación del libro causó una gran conmoción en Japón, donde nunca hasta entonces se había tratado de modo tan brutal la persecución sufrida por los cristianos. También causó impacto a Scorsese cuando leyó la novela en 1989 en un tren de camino a Kyoto.

La Compañía de Jesús en Japón

El cristianismo llegó a Japón de la mano del jesuita San Francisco Javier en 1549. Las conversiones fueron abundantes en esos primeros dos años que Javier permaneció en Japón, antes de partir hacia su ansiada China, a cuyas puertas moriría. En pocas décadas nació una Iglesia floreciente cuya labor se tornó cuando el 25 de julio de 1587 el gobernador Hideyoshi decretó el exilio de los jesuitas. A partir de 1600 pasó a ser una Iglesia clandestina, perseguida y plagada de mártires pero que logró mantenerse, oculta, durante 250 años.

En aquel tiempo un total de 93 jesuitas dieron su vida por la fe; de ellos tres han sido canonizados (Pablo Miki, Juan de Goto y Diego Kisai), 37 beatificados y los demás tienen introducida la causa de beatificación.

La pervivencia de la fe durante estos siglos es un milagro de la fidelidad de la Iglesia japonesa.          

Hasta 1908 no regresan los jesuitas a Japón. Dos jesuitas españoles misioneros en Japón han sido Padres Generales de la Compañía de Jesús, el P. Arrupe (1965-1985) y el P. Adolfo Nicolás SJ (2008-2016).  Hoy residen en Japón unos 200 jesuitas, el 30% de ellos nativos. En Nagasaki, la Compañía cuenta con el Museo de los Mártires. Centrado en la historia cristiana de Japón, presenta el testimonio de sus mártires. En la colina en la que se levanta y sus alrededores murieron unos 600 cristianos, de muchas nacionalidades; de ellos, 45 eran jesuitas. Hace unos años fue elevado a santuario diocesano. 

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