Juan Manuel de Prada niega que tenga intención de abandonar sus colaboraciones con la Cope o Intereconomía

El escritor Juan Manuel de Prada quiso este lunes desmentir que tenga intención de abandonar sus colaboraciones con la Cadena Cope y el Grupo Intereconomía. Ante un amplio auditorio, el pasado domingo había sugerido que "después del verano" dejaría de participar en las tertulias en las que ahora participa en estos medios.

"He decidido, dijo, iniciar una vita nuova, al estilo de Dante. Mi vocación polemista y partisana seguiré ejerciéndola en tribunas donde aún las palabras no sean devoradas por el guirigay aturdidor que las devora, apabulla y ensordece", añadió. En el programa de Cristina López Schlichting sí confirmó su intención de reducir su presencia en algunos medios de comunicación. En 'El Gato al agua' también negó este lunes que quiera abandonar sus colaboraciones con Intereconomía.

El escritor arrancó el domingo su intervención en el X Encuentro de Comunicadores Sociales del Arzobispado de Madrid anunciando su próxima retirada de las tertulias de televisión y radio. Sus razones fueron que, tal y como están planteados en la actualidad, esos medios sólo contribuyen a la "confusión y al ruido". Y a continuación desarrolló su opinión sobre cómo ha de articularse un medio de comunicación católico. Entre el auditorio se encontraban el cardenal Rouco, Julio Ariza o José Luis Restán."La nueva televisión: una respuesta cristiana” fue el tema elegido por la delegación de medios de la archidiócesis de Madrid. Y Prada relató su escepticismo sobre la utilidad de las tertulias, en las que él mismo participa, para un correcto análisis de la realidad política, económica y social.

"Cada vez tengo menos claro, afirmó, que las tertulias de los medios sean una vía para el alumbramiento de la verdad, son una expresión del mundo, cada vez más lleno de ruído y de confusión, y están llenando a la gente de ruido y de confusión".

Prada entró de lleno a analizar el modelo católico de la Cadena Cope, de la que dijo que con la apuesta actual se está traicionando a sí misma."Durante años he mantenido una posición crítica ante la Cope. Entonces, recordó, los análisis se hacían desde presupuestos liberales y no católicos, que es la fuente de todos los males que corrompen a la sociedad".

"Se ha producido un cambio, pero ahora entiendo por qué en aquella fase se aferraban tanto a aquel modo: ahora no existe la capacidad de analizar desde un plano sobrenatural la realidad". Y se quejó de que todavía no ha asistido a ningún debate sobre el tema de la pederastia. "Mientras en todas las cadenas de televisión se está enfangando a la Iglesia, mostrando a la Iglesia como una organización de depravados, el tema jamás se ha hablado en la Cope. ¿Por qué? Porque somos incapaces de ascender a las primeras causas. Y es que los mismos que han convertido la deprabación en lo normal, es escandalizan ahora".

La misión de los medios católicos

Juan Manuel de Prada insistió en que "cuando un medio católico no es capaz a través de la fe, que se derrama sobre el mundo, y no conduce a los primeros principios, es un medio muerto: al final sólo añade mayor confusión".

Criticó el modelo de televisión católica que sólo contempla la difusión de las prácticas religiosas (misa o ángelus) que, dijo, "no son propias de los medios de comunicación".

También deshechó la opción es "dar un mero barniz moralista a los problemas. Y se quejó que de todavía no había escuchado interpretaciones desde la fe a la crisis económica".

 

Denunció como "irresponsabilidad muy grave" que en los medios católicos "tenga el mismo valor la visión cristiana, socialista y liberal. Esto colabora con el reinado de la confusión", añadió.

Y recordó que "la misión de un medio de comunicación católico tiene que ser alumbrar, traer luz, ofrecer a los católicos donde no reina la confusión y no pueden prescindir del plano sobrenatural".

Contra la obsesión generalista

Prada consideró que "es absurdo pretender evangelizar 'urbi et orbe' en un mundo que no entiende la fe cristiana. La obsesión del generalismo es contraproducente. Tenemos que aceptar que los católicos somos una minoría (el Papa, dice, lo tiene claro). La recomposición del tejido celular de los cristianos tiene que hacerse desde abajo. Así se conseguirá ganar para la causa cristiana los cristianos que están desecándose en una sociedad cada vez más desesperada".

Reiteró que la televisión y la radio católicas deben "olvidarse de la obsesión generalista, hay que hablar a los propios, darles razones de su fe, encarnar esa fe en todos los grandes asuntos de nuestra época".

Para el escritor, "esto sólo se consigue si no se hace una suma de opiniones, para dar razones de la fe y levantarse desde el tumulto hacia los principios originarios, debemos lanzar un mensaje que ilumine la realidad".

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