La misa se celebró ayer en su colegio, Nuestra Señora del Recuerdo

Los padres de José, el joven fallecido en el ascensor, dan ejemplo de serenidad y fe en el funeral por su hijo

La madre protagonizó la segunda lectura y el padre le dirigió una carta final en la que le pidió ayuda para hablar con él en el Cielo

Capilla del colegio Nuestra Señora del Recuerdo, en el acto religioso por Belén y José la semana pasada.
Capilla del colegio Nuestra Señora del Recuerdo, en el acto religioso por Belén y José la semana pasada.

La capilla del colegio Nuestra Señora del Recuerdo estaba a rebosar. Los padres de José Amián, el joven fallecido junto a su novia Belén la semana pasada en el accidente del ascensor, dieron un testimonio impactante de serenidad, fe, paz y agradecimiento. Una veintena de sacerdotes jesuitas concelebraron la misa funeral por el eterno descanso de José, que fue presidida por Benigno Álvarez, responsable de pastoral de Bachillerato y profesor de Religión. 

Ayer a las 20.00 horas se celebró el funeral por este joven de 17 años. Falleció junto a su novia, Belén Jordana de Pozas, al desprenderse la pared del ascensor y caer al vacío por el hueco del elevador de la vivienda familiar de ella, en el número 4 de la calle Hermanos Bécquer de Madrid. La semana que viene se celebrará la misa funeral por Belén, también en el colegio Nuestra Señora del Recuerdo del que ambos eran alumnos, y en donde ambos también recibieron el sacramento de la Confirmación hace escasas semanas. 

Las canciones del coro que amenizaron la Eucaristía, unidas al cariño y compañía de centenares de personas que abarrotaron la capilla del Recuerdo para acompañar a los padres y a los tres hermanos de José Amián, (padres, familiares, profesores, alumnos y amigos), consiguieron dar la vuelta a una tragedia inesperada y sin sentido: lo que se vivió en el funeral de José fue un testimonio de fe, esperanza, amor y unidad.  Las canciones llegaron al Cielo: “Dios está aquí” “Nada te turbe, nada te espante” “Estoy aquí mi Dios para hacer tu voluntad”.

La resurrección de José

 “Estamos rotos de dolor. Espero que nos ayudéis a celebrar hoy la resurrección de José. La vida de José fue un enorme regalo. Es imposible no quererle. Debemos agradecer este regalo inmenso. Sabemos que está con Belén y junto al Padre, donde son muy felices. Ellos nos van a ayudar hasta el reencuentro con Dios”, fueron las palabras de inicio del padre “Beni” SJ, como le llaman en el colegio.   

La primera lectura, del libro de la Sabiduría (4, 7-15), llenó de consuelo a los centenares de personas que rebosaron la iglesia del Recuerdo, el colegio de los jesuitas de Madrid: El justo, aunque muera prematuramente, hallará descanso; porque la edad venerable no consiste en tener larga vida ni se mide por el número de años. Las verdaderas canas del hombre son la prudencia, y la edad avanzada se mide por una vida intachable. Cumplió la voluntad de Dios, y Dios lo amó (….) Llegó a la perfección en poco tiempo y con eso alcanzó la plenitud de una larga vida. Su vida le fue agradable a Dios, por lo cual el Señor se apresuró a sacarlo de entre la maldad. La gente ve, pero no comprende ni se da cuenta de que Dios ama a los justos y se compadece de sus elegidos”.

El rostro sereno de María, su madre

Religión Confidencial estuvo presente en el funeral y fue testigo del testimonio de los padres de José. María Paramés, la madre, impecable, elegante, joven, sin perder la paz en su rostro y mostrando una sonrisa llena de agradecimiento, tuvo la fortaleza de leer la segunda lectura, el Himno a la Caridad de San Pablo a los Corintios: “El amor es paciente, es servicial, no es envidioso, no se jacta….”. María es directora de Recursos Humanos de Bankinter. 

Y para la lectura del Evangelio se eligió el texto de las bienaventuranzas (Mateo 5, 1 – 12): “Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados”.

La homilía del padre “Beni” fue una emotiva semblanza a José. Recordó las 120 horas de autobús el verano pasado, para acudir a la JMJ en Cracovia. “Se dejaba la piel en el baloncesto, aprovechaba todos los momentos de su vida, los retiros, el curso de monitores, animando y consolando a los de su alrededor. José es un ejemplo de lo que deseamos los jesuitas para sus alumnos: forjarse en ser hombres al servicio de los demás. Como han comentado sus compañeros, José reflejaba el rostro de Jesús. Estamos viviendo un momento intenso de dolor, pero la vida no termina con la muerte. Sus semillas siguen dando mucho fruto”, fueron algunas de las palabras de Bengino Álvarez durante su homilía.

Los padres de Belén Jordana también estuvieron presentes y dieron el mismo ejemplo que los de José: serenidad y fortaleza. En varios momentos, el padre de Belén cogió de la mano a su mujer y se le escapó alguna lágrima.

 “No intentéis entenderlo, ha llegado mi hora”

Al final de la Eucaristía, los primos de José pusieron música a un poema anónimo que le llegó a María, la madre de José. Escogieron una melodía del grupo “Taburete” que tanto le gustaba a José. Y cantaron como los ángeles: “Me tengo que ir, me llaman de arriba. El paso es difícil, y es mejor hacerlo breve. No intentéis entenderlo, no dolerá menos. Me tengo que ir y me llevo compañía. No me voy solo. Me voy con quien quiero. Ya volamos juntos, directos al Cielo. No intentéis entenderlo, ha llegado mi hora. Me reclaman de arriba, para que desde allí os guarde. Cuídate mamá, cuida de todos. Como siempre has hecho, como siempre haces, como siempre harás. Me tengo que ir, para poder ayudarte, a cuidar de papá, a cuidar de mis hermanos, a cuidar de quién más quiero. Me sentirás a tu lado, cuando te cueste dormir, estaré en tu pensamiento, estaré siempre junto a ti. Y tú me llevarás dentro. Y cuando abras los ojos, no vayas a despertarme, habré pasado la noche, velando vuestro descanso, cuidando de mis hermanos, descansando en tu regazo. Ya os espero donde debo y estoy bien acompañado de la persona que quiero. Me tengo que ir, y junto a Ella te espero.

 

Posteriormente, María Paramés ha explicado en su perfil de facebook que "la música es una versión de la canción `Amos del piano bar´del grupo Taburete con la letra adaptada por los primos de José, Sole, Blanca y Guillermo García Amián. Está basada en un poema que Javier Sánchez del Campo, amigo de la madre de José, escribió para la familia Amián Paramés después de tan trágica pérdida". Los compañeros de trabajo de María (Bankinter) han editado un vídeo con imágenes de la vida de José y la canción. 

Sus compañeros de baloncesto también le dedicaron otra carta de agradecimiento. “Su impacto en nuestras vidas ha sido enorme”, dijeron. El hermano de José, que regresó de Estados Unidos para dar el último adiós a su hermano mayor, leyó también un texto final: "La muerte no es una despedida. Es un hasta luego. Hasta luego José y Belén”.

La carta de Pepe 

Y por último Pepe, su padre, que únicamente en un instante durante el funeral, se apoyó en el hombro de otro de sus hijos para derramar alguna lágrima, cerró la ceremonia con otra carta dirigida a su hijo:

“Hola José. Hace dos años te fuiste a Estados Unidos y mamá lloraba porque íbamos a estar un año sin verte. Ahora no vamos a verte en mucho tiempo. Ya José. Ya sé que podemos hablar contigo como hacemos con Dios. ¿Nos vas a ayudar? ¿Dices que hay un móvil que está en el corazón y que es el Amor de Dios? Estamos mamá y yo esperando a que nos ayudes a utilizar ese móvil”.

Aquí puedes escuchar la canción completa.

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