El Papa pide que los conventos abandonados se conviertan en centros de refugiados y no en hoteles de lujo

Durante una visita a un centro de refugiado en Roma el papa propuso que aquellos conventos y seminarios que han quedado abandonados sean aprovechados como refugios para los más necesitados.

El pasado martes durante una visita a un centro de refugiados llevado por los jesuitas en el centro de la ciudad de Roma, el Santo Padre volvió a dar toda una lección de humildad, esta vez dirigida a aquellos institutos religiosos que tienen la tendencia de transformar los seminarios y monasterios abandonados en hoteles de lujo: "Queridísimos religiosos y religiosas: los conventos vacíos no sirven a la Iglesia para transformarlos en hoteles y ganar dinero. Los conventos vacíos no son nuestros, son para la carne de Cristo, que son los refugiados".

En su visita al centro de refugiados, el Papa fué un ejemplo de austeridad y sencillez. Llegó en un pequeño coche utilitario sin escolta, e inmediatamente después de bajarse del vehículo Francisco se dirigió al comedor del centro para saludar, ante todo, a los refugiados, que en esos momentos estaban recibiendo alimentos. El papa habló ante ellos de forma rotunda:"la caridad que deja al pobre como está no es suficiente" de lo que se trata es de "hacer justicia". También se ha dirigido a los religiosos advirtiéndoles de que deben "superar la tentación de la mundanidad espiritual para estar próximos a las personas simples y sobre todo a los últimos". De esta forma el que ya es conocido como "el Papa de los pobres" ha dado desde un centro de refugiados y de solicitantes de asilo una firme lección de humildad a toda la Iglesia.

 

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